Tanto el desaparecido convento de franciscano, de San Antonio, como buena parte de la zona que ocupan actualmente las religiosas de Santa Clara formaba parte en aquellos tiempos del Coto das Cortes y eran propiedad de los «benitos». El segundo conde de Lemos y sus hijas fueron destinatarios de las denuncias de los monjes benedictinos por levantar el desaparecido convento franciscano de San Antonio sin permiso ni contraprestaciones.
Primeros abades
Fray Mancio realiza, por otra parte, un inventario de abades del monasterio edificado en San Vicente, en el que figuran los nombres de Galindo o Kalendono, Emerindo, Censerio, Kintilano y Arianon. En la mayoría de los casos van acompañados de la anotación «sin año», salvo Kintiliano, del que se detalla que era abad en el año 915.