«A su familia nos parece increíble que no lo hayan ingresado antes»

La Voz

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

El detenido por abordar a una niña llevaba año y medio provocando altercados

16 ene 2019 . Actualizado a las 16:31 h.

El hombre detenido la semana pasada en Monforte acusado de intentar retener a una niña de 13 años sigue hospitalizado a la espera de que el juzgado decida si lo procesa o si lo declara inimputable. En cualquiera de los dos casos va a permanecer bajo supervisión médica, que es la situación en la que su familia cree que tenía que estar desde hace tiempo. En concreto, desde que hace un año y medio empezó a mostrar síntomas evidentes de deterioro psicológico. «A su familia nos parece increíble que no lo hayan ingresado antes», resume su hermano, Amaro Rodríguez.

Su hermano y sus tías, la familia más cercana que tiene el sospechoso, asisten preocupados desde mediados del año 2017 a una sucesión de crisis que lo han llevado en varias ocasiones a la unidad de psiquiatría del hospital de Lugo. lDe 39 años de edad, hace aproximadamente diez le fue diagnosticado un trastorno bipolar y hasta ahora la medicación le había permitido hacer una vida más o menos normal. Hasta que hace año y medio cayó en una crisis, se autolesionó y fue trasladado en ambulancia a Lugo, donde esa misma noche le dieron el alta. A su vuelta rompió a patadas la puerta de su casa.

Un primer ingreso

«Estuve aguantanto toda aquella noche con mucho miedo -recuerda ahora su hermano-, soportando de todo... una cosa terrible». Después de aquello fue ingresado durante dos o tres semanas y salió de nuevo, pero ya no estaba bien. A partir de ahí, empezó a protagonizar incidentes en público. Increpaba a la gente en casa y en lugares que solía frecuentar, como la biblioteca pública o, este verano, el club fluvial. Su comportamiento era con frecuencia agresivo y, aunque hasta el suceso de la semana pasada no llegó a hacerle nada a nadie, su familia vivía con temor a que le pasase algo grave a él o a cualquiera con el que él se pudiese cruzar en el peor momento.

Para tratar de evitarlo, se dirigieron tanto a los servicios sociales del Ayuntamiento, como a los médicos que lo atendían y a las propias fuerzas de seguridad. «La verdad es que poco nos decían -explica Amaro Rodríguez- y el resumen era siempre que no se podía actuar a priori, que tenía que pasar algo». Su hermano vivía él solo, salvo los fines de semana y los días festivos, que Amaro Rodríguez podía estar con él. «Pero yo -reflexiona- no puedo hacer de policía, ni tampoco soy enfermero». Tampoco nadie le ha explicado cómo hacerlo.

 El protagonista del incidente de la semana pasada no está legalmente incapacitado, aunque tiene reconocida una discapacidad del 65% por causas psicológicas. Después de todo este tiempo de preocupación, consultas y espera a la familia nadie les ha explicado siquiera cuál es el protocolo para promover una incapacitación o qué posibilidades tenían de lograrla.

Su familia sentía hasta ahora impotencia, porque veían que el hombre era potencialmente peligroso ya no solo para él, sino también para otros, pero nadie les facilitaba una solución. Ahora además están indignados. «Y menos mal que no ocurrió nada irreparable», trata de consolarse Amaro Rodríguez, muy preocupado estos días por el susto que se llevó la familia de la niña que fue abordada por su hermano.

Sin componente sexual

El detenido la semana pasada está siendo investigado como sospechoso de un delito de detención ilegal en grado de tentativa. De acuerdo con la denuncia que provocó su detención, se dirigió en una calle de Monforte a una niña de 10 años que no conocía de nada, la agarró y le dijo que se fuese con él. No sucedió nada más. Su madre estaba cerca y en cuanto la pequeña le pidió ayuda él se marchó a la carrera. La simple descripción del incidente puede hacer pensar en una motivación sexual, pero personas empleadas en la asistencia a personas con dolencias psiquiátricas que han tenido contacto profesional con él en los últimos años aseguran que en los problemas de conducta del detenido no parecía haber ningún trasfondo de ese tipo.