Peregrinos en el Monforte del siglo XVII

felipe aira MONFORTE

LEMOS

FELIPE AIRA

Un documento histórico acredita que el hospital del viejo consistorio alojaba en 1682 a caminantes que iban a Santiago

17 dic 2018 . Actualizado a las 17:06 h.

Las antiguas dependencias del Hospital del Sancti Spiritu están ocupadas hoy por el Centro do Viño da Ribeira Sacra. Apena encontrar un texto a gran tamaño, frente al lugar donde se atiende a aquellas personas que buscan información turística, en el que se pueden leer errores relevantes en cuanto a la historia de este edificio. El repaso que sigue a sus avatares aporta datos hasta la fecha inéditos sobre un antiguo y secular establecimiento hospitalario, convertido en el siglo XIX en Ayuntamiento y destinado a comienzos del siglo XXI a su uso actual.

La primera noticia documental sobre la existencia de un hospital en Monforte se remonta a los siglos XII-XIII. El diploma no tiene fecha, aunque por estar escrito en latín -además de otras circunstancias- se puede datar en esa época. Algunos respetados especialistas, como López Ferreiro, escribieron sobre la posibilidad de que fuese este centro el que dio nombre al lugar de «Albergaría» en Ribas Altas, que se remonta al siglo XV, siendo alberguería una palabra utilizada como sinónima de hospital desde el siglo XII.

Suele afirmarse en reseñas sobre su historia que su apertura se remonta al menos al 13 de diciembre de 1497, referencia que recoge la página web de la asociación del Camino de Invierno. Sin embargo, un documento del Archivo Histórico Nacional fechado el 13 de mayo de 1497, por tanto siete mes antes, certifica que «Juan Vázquez subafora a Rodrigo Moniz una casa en Monforte que él tenía a su vez aforada del hospital de Santo Spiritu, por treinta maravedís». Juan Vázquez era hijo de Alonso Vázquez de Monforte, que había sido vecino de Betanzos y ya era difunto en la fecha del foro.

Esta casa que tenía del hospital solía estar habitada por «Roy García, mercader». El inquilino tenía que dar anualmente, lo que Juan Vázquez estaba obligado a pagar al Hospital de Santi Spiritu, y a mayores, otros treinta maravedíes pares de blanca. Además, estaba obligado a reparar la casa para que «non se perda». Se añade que no puede traspasarla, «nin vender nin supinorar la dicha casa». El escribano que daba fe de todo ello era el judeoconverso Cristóbal de Córdoba. Hay constancia de que en 1496 vende al segundo conde de Lemos una casa que había adquirido y que fuera de Boaventura Judío, hasta la expulsión de 1492.

La talla de San Roque

No fue posible concretar qué orden religiosa o administradores llevaron el hospital durante esta época, toda vez que los Hermanos Obregones comienzan con su administración a finales del siglo XVI. En Galicia, además del de Monforte, tuvieron en gestión los de Ourense, A Coruña, Betanzos y Lugo. En las escrituras antiguas del monasterio de San Vicente del Pino aparecen, aunque en contadísimas ocasiones, noticias sobre el «Hospital de San Roque». Por ejemplo, una de ellas se data en el año 1545, registrándola fray Mancio de Torres, que afirma que «dependía del monasterio».

Ese hospital de San Roque hacía alusión al de Sancti Spiritu. Además de existir en la iglesia del hospital una talla de San Roque, que era de gran devoción, la festividad en su honra se celebraba en este establecimiento el día 16 de agosto, no en la ermita de Nuestra Señora de los Campos, que quedaba para la renovación del voto de bendición de las tierras de cultivo Hubo años en los que la no celebración en el hospital motivó una queja en toda regla. Por ejemplo, en 1687, la condesa de Lemos decide celebrar dicha festividad en el convento de las monjas clarisas. El abad de San Vicente del Pino, ante ello, había mandado con censuras para que se celebrara en el hospital, como era costumbre.

Los conflictos por diferentes motivos entre el Obispo de Lugo y los monjes de San Vicente do Pino estuvieron presentes a lo largo de varios siglos. El Hospital de Sancti Spiritu formó parte de estos desencuentros. Sirva de ejemplo el registro realizado por fray Mancio de Torres en el año 1613, de un documento datado en 1545 y guardado en el archivo monacal benedictino, que afirma: «Citación para Roma contra el obispo de Lugo con inhibición, sobre la visita de la hermita de la Regua y hospital de San Roque, y otras iglesias, unidas al monasterio, hizose en su ausencia en su casa y silla de Lugo, ante Joan Nuñez, en 17 de septiembre en un pliego de papel».

Los Hermanos Obregones, tuvieron diversos pleitos y problemas con el obispo de Lugo, cuando este, en la segunda parte del siglo XVII, tuvo intención de quererlos echar del edificio y convertir el mismo en cárcel. Los Hermanos Obregones solicitan el amparo y defensa de «la Justicia y Regimiento de la villa de Monforte de Lemos», toda vez que esta última era el «patrón principal y mayor» del hospital.

Referencias documentadas inéditas hasta la fecha del archivo de la Real Chancillería de Valladolid mencionan en el año 1682 las atenciones en este establecimiento monfortino a «pobres, enfermos, peregrinos y pasajeros». La diferencia entre «peregrinos» y simples «pasajeros» resulta relevante para la tradición histórica del Camino de Invierno.

Corría el ecuador del siglo XVIII y los hospitales de San Lázaro y Santi Spiritu pasaban una etapa difícil. Aparece en ese momento la figura de Rosa María de Castro, la XII condesa de Lemos, de las mejores titulares del condado para el patrimonio local. En 1752, se acuerda en Madrid entre el Ayuntamiento de Monforte y la condesa, la donación del edificio del hospital y de la iglesia que había dentro de su ámbito a los hermanos de San Juan de Dios, dotándolo Rosa María del que poseía en la población, que era el Hospital de San Lázaro.

Cama por una noche

El acuerdo fue aprobado ese mismo año con la autorización especial que al efecto le dio el Maestro General de la Orden de San Benito y abad de San Vicente del Pino. Una de las condiciones establecidas los Hermanos de San Juan de Dios era que a los peregrinos que pasasen por Monforte se les daría «en simple cubierta la noche del viaje».

La festividad de San Roque se celebraba el 16 de agosto en ese hospital y no en San Vicente

El Obispado quiso echar en el siglo XVII a los monjes que lo atendían para que fuese cárcel

La campana traída de la capilla de San Lázaro y el antiguo cementerio

Hay noticias de que la campana utilizada para tocar en los actos de la comunidad que se encontraba en el claustro del antiguo hospital de Sancti Spiritu había sido traslada desde la capilla de San Lázaro. En el hospital hubo, por otra parte, un pequeño cementerio. Hemos hallado noticias documentadas que nos informan de personas fallecidas y allí enterradas hasta los momentos previos a su clausura como hospital. En el libro III de Fábrica de la parroquia de Santa María de A Régoa, se da noticia de personas enterradas allí: «Se entierran trece personas al derrumbarse una casa[...] el entierro de Doña Ana Pasarín, el de Ventura Sánchez, Manuela Presa, Manuel Baanante, María Boquete, Teresa Pérez, María Josefa Dacosta, María Sarmiento, en la Parroquia y el de Manuel Salgado en S. Francisco, que todos murieron con otros tres que se enterraron en el Hospital, en la ruina de una casa».

En la década de los años veinte y treinta del siglo XIX llegan las diversas desamortizaciones. Los hermanos de San Juan de Dios se ven obligados a marcharse del hospital. Durante un tiempo sigue funcionando en una parte del edificio un establecimiento hospitalario conocido como Hospital de Caridad. En 1887 se acuerda por parte del ayuntamiento que las Hermanitas de los Pobres administren el establecimiento. Es cuando el edificio de la actual calle Comercio, después de siglos sirviendo de hospital, deja de prestar este servicio. Las monjas, a su vez, lo dejan en el año 1914 para instalarse en el desaparecido Asilo Viejo, en la calle Benito Vicetto.

Los últimos avatares

Durante décadas del siglo XIX, en el edificio cohabitaron las dependencias municipales con las del Hospital de Caridad. En los años treinta del siglo XIX, el ayuntamiento que había estado funcionando desde la Edad Media en la calle Falagueira, por decisión de «la justicia y regimiento de la villa de Monforte de Lemos» comienza un nuevo periplo extramuros en la hoy conocida calle del Comercio.

La antigua iglesia del hospital, luego conocida como capilla del Hospitalillo, fue la estancia que más aguantó con su destino original. Clausurado el Hospital, y ya como ayuntamiento, se respetó la capilla. Fue durante la II República y siguiendo la desafectación de tener en edificios públicos lugares destinados a culto religioso, cuando se cerró. No sin la contrariedad de un número relevante de monfortinos.