La comedia monfortina más antigua ya tiene un autor conocido

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

FRANCISCO ALBO

La historiadora Manuela Sáez atribuye a un escritor jesuita la autoría de una pieza teatral representada en 1594 para homenajear al cardenal Rodrigo de Castro

06 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El año pasado se presentó la primera edición de la Comedia de la invención de la sortija, una obra teatral que se representó en Monforte en 1594 con motivo de una visita que hizo entonces a la localidad el cardenal Rodrigo de Castro. El único manuscrito conocido de esta pieza fue descubierto en 2001 por el filólogo Antonio Cortijo Ocaña en una biblioteca de la Universidad de California. Hasta ahora se consideraba como una obra anónima, pero la historiadora monfortina Manuela Sáez cree haber descubierto a su autor.

La tesis de Sáez -presentada en un trabajo publicado recientemente en la revista filológica Atalanta, editada por la Universidad de Sevilla- es que la comedia fue redactada por el jesuita Diego García Rengifo, autor del libro Arte poética española, impreso por primera vez en Salamanca en 1592 y considerado como el más famoso de los tratados literarios del Siglo de Oro. Aunque Diego García es un personaje célebre en la historia de la literatura española, es muy poco conocido el hecho de que desde 1594 hasta su muerte -en 1615- vivió en Monforte, donde fue profesor de latín y griego en el colegio fundado en esa época por la Compañía de Jesús con el apoyo del cardenal Rodrigo de Castro. Trabajó también como preceptor o profesor particular de los hijos del conde de Lemos.

Textos en gallego

Una de las singularidades de la Comedia de la invención de la sortija -que se escribió y se representó como un homenaje al cardenal para agradecerle la fundación del colegio- es el hecho de contener algunos diálogos en gallego, una circunstancia muy poco común en una época en la que este idioma no se usaba casi nunca en obras literarias. Sáez apunta que García estaba capacitado para escribir en esta lengua, aunque era natural de Ávila, ya que antes de asentarse en Monforte trabajó durante veinte años en el colegio jesuita de Monterrei, el primero que fundó en Galicia esta orden religiosa. Este hecho -añade- «le proporcionaba un sólido conocimiento de los gallegos y de su idioma».

La historiadora señala por otro lado que en la comedia se mencionan diversos personajes de la mitología clásica grecolatina y se utilizan «recursos de artes visuales y simbólicas», unos procedimientos literarios que García Rengifo recomendaba en su Arte poética española. En cuanto al hecho de que el manuscrito de la comedia no lleve la firma de su autor, Sáez dice que se debe probablemente a que la Compañía de Jesús prohibía entonces a sus miembros que firmasen cualquier escrito que no fuese de contenido estrictamente religioso. Algo parecido sucede con el tratado literario de Díaz Rengifo, que no fue publicado con su nombre, sino con el de un hermano suyo llamado Juan.

La investigación de Sáez se basa en buena parte en una serie de cartas que el propio escritor dirigió al cardenal Rodrigo de Castro y a otros personajes. En una de ellas, fechada el 26 de agosto de 1598, Diego García cuenta que Monforte sufría por entonces los efectos de una epidemia de peste que no llegó a afectar al Colegio de la Compañía pero sí al núcleo histórico del barrio de San Vicente y al monasterio de San Antonio.

«Hice este hallazgo investigando la educación del conde de Lemos»

La historiadora Manuela Sáez planteó la cuestión de la autoría de la Comedia de la invención de la sortija tras un largo estudio realizado en diversos archivos y bibliotecas.

-¿Cómo llegó a hacer este descubrimiento?

-Fue mientras investigaba la historia de la educación del séptimo conde de Lemos, Pedro Fernández de Castro, que tuvo a García Rengifo como preceptor. Al ver que este autor estaba en Monforte cuando se representó la comedia, tuve la intuición de que fue él quien la escribió. Estudié su Arte poética española, que es una obra muy ardua de leer, y vi que sus ideas literarias cuadran con el estilo de la obra teatral.

-¿Hasta qué punto cree que su tesis puede ser acertada?

-Pienso que la probabilidad de que sea así es tan alta que se puede dar como algo seguro. Antes de publicarse, mi trabajo fue revisado por varios filólogos y especialistas en historia de la literatura, y ellos opinan lo mismo.

-¿En qué está trabajando ahora?

-De momento, lo más próximo que tengo previsto es participar el día 10 en Nápoles en la presentación del libro Manso, Lemos, Cervantes, una obra colectiva en la que colaboro. Es un estudio sobre la labor de mecenazgo cultural del séptimo conde de Lemos en el virreinato de Nápoles.