Proyectan instalar en el cañón del Sil la segunda tirolina más larga de Europa

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

CARLOS RUEDA

Enlazaría el mirador monfortino del Duque y el de Matacás, en Castro Caldelas

16 oct 2018 . Actualizado a las 21:54 h.

La idea de atravesar el cañón del Sil mediante alguna instalación colgante no es nueva. Las diputaciones de Lugo y Ourense lo intentaron en el año 1999 con el respaldo de la Dirección Xeral de Turismo. El proyecto consistía en enlazar con un teleférico Santo Estevo (Nogueira de Ramuín) y el poblado de A Chaira (Pantón), que en su día sirvió de alojamiento a los trabajadores que construyeron ese embalse. La telecabina comunicaría las márgenes del Sil de Lugo y Ourense en los puntos elegidos, separados en línea recta por unos 1.200 metros.

Francisco Cacharro y José Luis Baltar, presidentes entonces de las respectivas diputaciones, insistían en la presentación del proyecto en la necesidad de atraer un turismo de primera fila. Incluso avanzaron su presupuesto. El teleférico costaría 700 millones de las antiguas pesetas y en su financiación entrarían en juego fondos europeos. Nada volvió a saberse, sin embargo, de aquella ambiciosa propuesta.

Aunque no hay una confirmación oficial, la posibilidad de sobrevolar ambas orillas del Sil está de nuevo sobre la mesa de las diputaciones de Lugo y Ourense. Pero ahora mediante otra fórmula y en una ubicación diferente propuesta por los ayuntamientos de Monforte y Castro Caldelas. La idea que barajan es conectar con una tirolina el mirador lucense de Duque y el de Matacás, del lado ourensano. Si prospera, será la segunda más larga de Europa después de la de Pena Aventura, en el norte de Portugal.

Dos reuniones previas

Las fuentes consultadas indicaron que en las reformas que se llevaron a cabo recientemente en el mirador de Castro Caldelas ya se tuvo en cuenta el proyecto de la tirolina. La alcaldesa, Sara Inés Vega, hizo de anfitriona el pasado 11 de septiembre en una visita a ese municipio de su homólogo monfortino, José Tomé, y los presidentes de las diputaciones de Lugo y Ourense, Darío Campos y José Manuel Baltar.

Tras supervisar las obras en Matacás, comieron juntos en un esa localidad. El guion se repitió menos de un mes después en el mirador del Duque, con Tomé como anfitrión. Ambos encuentros se saldaron con escuetas notas de prensa sobre la voluntad de colaborar en la dinamización turística de la Ribeira Sacra.

Separados por mil metros a la altura del puente del embarcadero del catamarán

Los miradores del Duque y Matacás se sitúan a un lado y otro del cañón del Sil a la altura del puente próximo al embarcadero del catamarán, que allí marca la frontera entre la Ribeira Sacra lucense y ourensana. Sobre esa zona discurriría la tirolina, cuya longitud aproximada sería de mil metros. La más larga de Europa tiene 1.500 metros de largo y se encuentra en el parque Pena Aventura, próximo a Vila Real, al norte de Portugal. Hay otras tirolinas en países europeos que reivindican esa condición, pero son circuitos de varios montajes separados entre sí. La marca mundial la tienen los Emiratos Árabes, que inauguraron este año una tirolina de 2,83 kilómetros.

Récords a un lado, el gancho turístico de una tirolina sobre el cañón del Sil parece innegable. Por la espectacularidad del paisaje y también por el creciente interés que despierta este destino turístico. El proyectode los ayuntamientos de Monforte y Castro Caldelas, respaldado por las diputaciones de Lugo y Ourense, sería mucho menos costoso que el teleférico que se barajó en su día y además apenas tendría impacto visual sobre la zona en la que sería instalada.

Sobre el papel, su funcionamiento no tiene por qué suponer inconveniente alguno para la candidatura a Patrimonio de la Humanidad. El parque de Lake District, al noroeste de Inglaterra, tiene esa consideración y uno de sus principales atractivos es una tirolina sobre el lago Windermere.