El regadío llevó este verano agua a 800 hectáreas agrarias en el Val de Lemos

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ALBERTO LÓPEZ

Al final de la campaña, el embalse de Vilasouto está mucho más lleno de lo habitual

17 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Salvo imprevistos, al regadío Val de Lemos le quedan apenas unos días de funcionamiento este verano. Con la campaña de riego a punto de terminar, el balance que hace la comisión que dirige el uso de esta infraestructura destaca el incremento de la superficie regada y la abundancia de agua. Agricultores y ganaderos inscribieron como regables alreedor de ochocientas hectáreas, una superficie superior a la habitual en los últimos tiempos.

La campaña, que empezó a finales de junio, está oficialmente abierta y todavía no está determinar el día de cierre. En la comisión de regantes tenían previsto darla por terminada esta misma semana, pero no descartan que haya usuarios que pidan una cuarta tanda de riegos. Si es así la habrá, porque la presa de Vilasouto guarda agua suficiente.

Lo habitual en esta época del año es que el embalse de Vilasoutom, construido en su momento en el río Mao y entre los municipios de O Incio y Bóveda exclusivamente para dar servicio al regadío Val de Lemos, presente en torno a un 30% de ocupación, En esta misma semana del 2017, un año especialmente seco, estaba un poco por debao del 20%. En estos momentos se encuentra al 51%, lo que deja margen a utilizar más agua si los agricultores la precisasen.

Esta abundancia de agua es uno de los factores que ha marcado la campaña que está a punto de terminar. Empezó con cierto retraso, por la lentitud con la que los propietarios se fueron inscribiendo como regantes, pero acabó sumando una superficie de terreno superior a la habitual.

La presidenta de la comisión de usuarios del regadío, Alicia Toirán, cree que fue la abundancia de lluvias del invierno y la primavera las que ayudaron a incrementar la cantidad de hectáreas a regar. «A xente viu que ía ter auga e animouse a plantar máis que outros anos», apunta. El año pasado, uno de los más secos en mucho tiempo, los ganaderos de la comarca de Monforte plantaron menos maíz, porque temían que no fuese a haber agua suficiente para regarlo. En todo caso, el número de regantes rondó este año los doscientos, una cifra similar a la del 2017.

La abundante disponibilidad de agua relajó también la tensión en torno al uso de agua por parte de propietarios de terrenos que no están inscritos en la comisión. Este año no huno ninguna denuncia, pero tampoco incumplimientos, según los responsables de la comisión.