Monforte registró hasta tres alertas al día por velutina en julio

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

CARLOS CORTÉS

La presencia de enjambres en pleno casco urbano es cada vez más frecuente

23 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En la Policía Local no llevan un censo de las llamadas que reciben alertando por la presencia de nidos de velutina, aunque admiten que su número va en aumento durante este verano. Consultado al respecto, el servicio municipal de Medio Ambiente ofrece un dato revelador. Según sus estimaciones, a lo largo del pasado mes de julio la media de notificaciones por la presencia de enjambres de avispa asiática no bajó de las tres diarias. «Son de las parroquias pero también de calles del casco urbano. Posiblemente haya confusiones y no todas sean velutina, pero supongo que en muchos casos sí lo serán», explica el técnico de esta oficina, Juan Carlos Prado.

El Ayuntamiento no dispone de datos estadísticos porque las llamadas se derivan sistemáticamente al número de Emerxencias de Galicia a través del que se coordina la retirada de los nidos de velutina. La respuesta, según algunos de los afectados, no es todo lo rápida que cabría desear. «Llamamos varias veces al 012 y nos dijeron que estaban desbordados y que ya nos llamarían. La verdad es que tardaron varios días en venir», señala uno de ellos.

Esta situación se planteó el pasado mes de julio en una vivienda de la calle Fontecha, pese a que el nido de velutina estaba en un balcón a pocos metros de un centro de ocio infantil. En la casa en la que se encontraba el enjambre residía además una persona alérgica a las picaduras de avispa. «Por mucho que se diga que la picadura tiene los mismos efectos que los de una avispa común, la psicosis está ahí y es normal que la gente esté preocupada», apunta un médico.

Los bomberos del parque comarcal retiraron nidos este verano en diferentes puntos del casco urbano. En Duquesa de Alba y Doctor Casares se produjeron intervenciones similares a la de la calle Fontecha. El último episodio motivó el acordonamiento de la ribera del río Cabe en Vilanova, una zona muy frecuentada por los bañistas en esta época del año.