La huelga judicial retrasará hasta el año que viene el juicio por las vacas de Axulfe

La Voz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNANDEZ

05 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El atasco provocado en los juzgados de Lugo por la huelga que los trabajadores judiciales llevaron a cabo esta primavera va a retrasar la celebración del juicio por el caso de las vacas muertas hace más de dos años en una granja de Chantada. La instrucción del caso en el juzgado de Chantada está cerrada desde el mes de mayo, cuando la jueza que se encargó de las diligencias dio por finalizada esa fase y dictó un auto de juicio oral.

El asunto pasó en ese momento a los juzgados de lo penal de Lugo, una de las localidades en las que tuvo más incidencia la huelga de funcionarios de justicia, que se prolongó durante tres meses exactos, entre los meses de abril y mayo. Una vez dictado el auto de juicio oral, el juzgado al que le corresponde sentenciar solo tiene que ponerle fecha a la vista oral. Según las fuentes consultadas, no es solo que este juicio no tenga todavía fecha, sino que nada hace pensar en que la vaya a tener pronto. Dado el atasco de juicios pendientes que se formó en los meses que duró la huelga y el ritmo al que van saliendo los juicios, probablemente haya que esperar al año que viene.

Penas de cárcel

El juzgado de lo penal de Lugo al que le corresponda dictar sentencia tendrá que decidir si el único acusado, el propietario de la granja, incurrió en un delito de maltrato animal por dejar morir a 39 vacas y mantener en pésimas condiciones de alimentación a las veinticuatro restantes, que fueron sacrificadas en mataderos en los días que siguieron a la entrada de la Guardia Civil en estas instalaciones.

Tanto la Fiscalía como la acusación particular, ejercida por los propietarios de varios refugios de animales, consideran que hay datos suficientes como para condenar por maltrato animal al dueño de las vacas muertas. El abogado defensor, sin embargo, alegó durante la investigación judicial que su cliente hizo lo que pudo por gestionar su granja en un contexto difícil, provocado por los bajos precios de la leche, y la mortandad pudo deberse a una enfermedad que se propagó con rapidez entre las reses sin que el propietario de la granja pudiese hacer nada.