Las pérdidas en Amandi pueden rondar los 300.000 kilos de uva

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

Algunas bodegas pequeñas se han quedado sin producción en sus parcelas

17 jul 2018 . Actualizado a las 12:52 h.

Para tener un balance definitivo de lo que se perdió en Amandi con la granizada del viernes habrá que esperar todavía unos días, pero el efecto de la tormenta va a dejar huella sobre la producción de uva de esta campaña. Las primeras estimaciones apuntan a que se pueden haber ido al traste aproximadamente 300.000 kilos de uva. De confirmase este dato, no sería tanto como en Doade hace dos años, pero tampoco mucho menos.

La cifra la adelantó ayer el presidente del consejo regulador de la denominación de origen Ribeira Sacra, José Manuel Rodríguez. El consejo es quien tiene que comprobar cuánta superficie se ha visto afectada para hacer el cálculo de la cosecha que se ha perdido. Lo hará probablemente a principios de semana, pero por ahora lo único que hay son estimaciones en base a observaciones oculares.

En todo caso Rodríguez advierte que, al margen de la superficie afectada, en el caso de Amandi se da un agravante que en Doade no se produjo. «En Doade non houbo ningunha adega que perdera o 100% da colleita, pero en Amandi hai algunhas pequenas que si», advierte.

La granizada de Doade se produjo el 15 de agosto del 2015 y se llevó por delante 400.000 kilos de uva de aquella cosecha. Decenas de viticultores y un puñado de bodegas, entre las que estaban algunas de las más conocidas de la Ribeira Sacra, sufrieron pérdidas muy importantes. Algunas parcelas quedaron arrasadas y se quedaron sin nada de uva, pero es cierto que ni siquiera las bodegas más afectadas perdieron por completo la producción.

La tormenta de este viernes empezó a descargar pedrisco en el cañón del Sil justo en las viñas situadas en el límite entre Doade y Amandi. Y progresó con fuerza río arriba hasta dejar tocada prácticamente toda la ribera de esta última parroquia. Se detuvo precisamente ante de llegar al terreno de Rectoral de Amandi, la mayor bodega de la Ribeira Sacra, que tiene sus viñedos todavía en Amandi, pero justo en el límite con Lobios, la siguiente parroquia de Sober río arriba.

«Tenemos 4,5 hectáreas, arrasadas por completo» «Había vinte anos que non nos tocaba algo así»«Aínda temos que avaliar o alcance»

Jorge Carnero es el propietairo de la bodega Viña Cazoga, una de las que ha perdido el 100% de su cosecha en esta granizada. «Tenemos cuatro hectáreas y media de viñedos, y han quedado arrasadas por completo», explica. Se confiesa «bloqueado» y aún no sabe si comprarán uva para tratar de sacar su vino y si este año renunciarán a comercializarlo.

José Rodríguez López tiene 76 años y ha visto ya unas cuantas tormentas encima de sus viñas. «Había vinte anos -dice- que non nos tocaba unha forte como esta, pero estamos sempre con medo a que pase algo así». Tienes viñas completamente echadas a perder y otras de las que todavía se puede salvar algo. Las tiene aseguradas, y confía en que la compensación sea razonable.

Las viñas de José María Prieto, de la bodega Régoa, están dentro de la zona afectada, pero él todavía no sabe en qué medida: «Todavía tenemos que evaluar el alcance mediante un peritaje». Tenían el mildiu controlado, pero teme que ahora pueda proliferar.