Setas milenarias en la Ribeira Sacra

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

LEMOS

Santi M. Amil

En el concello de Castro Caldelas se cultiva shiitake sobre troncos de roble y castaño

13 jun 2018 . Actualizado a las 21:20 h.

En medio de un bosque de Castro Caldelas hay una imagen única. Un cultivo que llama la atención. Beatriz Rey Angulo llegó a esta localidad buscando un rincón en el que poder desarrollar una de sus pasiones: el cultivo de hierbas medicinales. Es licenciada en Bioquímica, con estudios universitarios superiores tanto en investigación biomédica como en medicina natural; además de experta en cosmética y dermofarmacia. «Me compré una ruina, hice de ella mi hogar y cada día intento buscar un hueco para cacharrear con mis artilugios alquímicos», afirma. A la espera de poder desarrollar este proyecto, esta joven nacida en el País Vasco, pero con abuelos en Maceda, se inició en el cultivo de shiitake de forma tradicional y ecológica. Y lo hizo en la Ribeira Sacra por amor a la tierra, a su familia y a su pareja. Inyecta hongos sobre troncos de castaño y roble. Y la naturaleza, hace su parte.

Hace aproximadamente tres años que Beatriz se asentó en la Ribera Sacra. «Conocía las setas, porque me había dedicado a las medicinales. Trabajaba en una empresa de Pontevedra que se dedicaba a esto. Después de dar muchas vueltas vi que era una salida y que no necesitaba de demasiadas hectáreas», explica. Y fue el año pasado, cuando se quedó embarazada, el momento en el que se tomó en serio el proyecto. El trabajo fue duro, sobre todo tener que desplazar los troncos hasta su finca y colocarlos de la manera más productiva. «Tengo poca producción, porque depende mucho de la meteorología. De todas maneas no conozco a nadie que tenga una tan grande», explica. Hace unos días que llovió en abundancia y las setas, que hacía más de un mes que no aparecían, se multiplicaron: «Tengo que recogerlas rápido y enviarlas», afirma.

Dentro de 1.500 troncos nacen estas setas tan especiales. «Sabía la teoría, pero hasta hace un año solo había hecho uno o dos troncos». El proceso tiene sus peculiaridades. Hay que agujerearlos con un taladro para introducir los hongos. En este caso, uno al que le guste la madera dura. Beatriz compra o hace micelio -aparato vegetativo de los hongos- que esté comiendo cereal para más tarde introducirlo en los agujeros. A partir de ahí el hongo invade todo y, más tarde, da sus frutos. Va comiendo el tronco en descomposición, hasta que se muere definitivamente. Entonces, hay que empezar de nuevo. La vida útil de cada uno, su producción, puede ser de unos cuatro años

«Con champiñones no podía competir porque necesitaría muchas hectáreas. Esto es más rentable», afirma. Y así es, la mayor parte de su producción ya la tiene vendida. «La única manera de tener una mayor producción sería estimulándolos con agua, sumergirlos. Pero para mí es imposible hacerlo por el peso de los troncos», explica.

Sin intermediarios

Restaurantes y particulares son sus principales clientes: «Decidí hacerlo sin intermediarios, para poner el mismo precio para todos. La idea es enviarlas por correo. Las vendo el mismo día que las recolecto y enseguida las mando, pero pueden durar hasta una semana». Y decidió hacer lo que ella denomina comercio al revés. «Todo el mundo me dijo que no iba a funcionar. No podía condicionar el cultivo así que lo que hago es tener una lista de gente que quiera setas y, cuando las tengo, les llamo», explica.

Le gustaría que su producción fuese mayor pero, de momento, se conforma con lo que la naturaleza le va ofreciendo. De todas maneras, ya prepara una zona con madera más pequeña que podrá estimular con agua. Los troncos tienen denominación del origen. No fueron elegidos al azar. Provienen de entresaques de una dehesa y una poda de O Incio. «Fue muy costoso traerlos hasta aquí y colocarlos, pero vale la pena», relata.

Beatriz Rey defiende que este tipo de cultivo debe ser siempre ecológico: «Es muy importante. Las setas no son vegetales ni animales, pero se parecen más a estos últimos. Si fuera a comprar setas a un supermercado, seria más lógico ir a la carnicería. Ellos comen y si se alimentan de estiércol... Por eso sí o sí tienen que ser ecológicos», subraya convencida.

La humedad y el calor son sus ingredientes principales, por eso la Ribeira Sacra es un lugar idóneo para su cultivo. «El año pasado hubo mucha sequía y hubo que regarlos, pero se pasó». Sabe que hay meses y años buenos y malos. Pero este, con la lluvia de las últimas semanas, cree que será de los excelentes. «Salen más de lo que pensaban y las mejores épocas son las de las tormentas, como agosto, y los primeros meses del año. De momento, solo ha habido un mes de parón que fue el de mayo, hasta que empezó a llover», señala. Pero, de todas maneras, afirma que la teoría poco tiene que ver con la práctica. «Hasta que te pones a hacerlo, no puedes calcular», explica.

El shiitake proviene de Asia pero se da en diferentes regiones del mundo, dependiendo de la climatología. Este tipo de cultivo es el más antiguo de la humanidad, data de la China milenaria, pero Beatriz es una agricultora del siglo XXI. Una página web (www.siltake.com) permite conocer más a fondo su trabajo. A su otra pasión, la de las hierbas medicinales ?que de momento suple con cosmética natural (www.ameiga.com)- le da visibilidad a través de cursos.