«Valoran a la policía cuando la necesitan»

Xosé Ramón Penoucos Blanco
x. r. penoucos LUGO / LA VOZ

LEMOS

penoucos

En su larga carrera fue condecorado dos veces, recibió cuatro medallas y más de una veintena de felicitaciones

07 jun 2018 . Actualizado a las 13:22 h.

Sarria perderá en una semana a la persona que ejerció como inspector jefe de la policía local durante casi tres décadas, Francisco Urbano Lara. La relación de este monfortino con los cuerpos de seguridad se inició en 1978 en Lloret de Mar, su primer destino. En 40 años de carrera fue condecorado en 2 ocasiones, recibió 4 medallas por distintos méritos y obtuvo más de 20 felicitaciones, además de ser uno de los fundadores de la Asociación Galega de Xefes de Policía.

-¿Cómo entró en la policía?

-Dos amigos que eran policías me decían que probara, en 1978 les hice caso y me presenté a unas oposiciones en Lloret de Mar que aprobé. Allí ascendí a cabo y sargento y llegué a tener a 20 agentes a mi cargo como jefe de turno en una plantilla de más de un centenar de personas y con muchos medios.

-¿Recuerda su primer servicio?

-No lo olvidaré nunca, fue con un gallego y un andaluz muy fuertes. Me dijeron coge la chocolatera y a patrullar. No sabía que era hasta que me dijeron que era el furgón en el que traíamos a los detenidos. En Lloret había muchas peleas en aquel tiempo, entre cuyos protagonistas estaban hasta jugadores de rugbi franceses. Esa misma noche ya regresamos con la chocolatera cargada.

-¿Recuerda algún servicio especialmente duro?

-Uno que me marcó fue un incendio cerca de Lloret en el que murieron 7 personas. El olor a cuerpo humano quemado no se olvida nunca. Otro complicado fue el rescate de una persona que se despeñó por un acantilado de más de 40 metros y que para salvarlo tuve que dirigir un operativo espectacular.

-¿En Sarria se llevó algún susto grande?

-Recuerdo una ocasión en la que junto al sargento de la Guardia Civil Fernando González acudimos a una aldea y casi nos recibe a tiros una persona que estaba atrincherada. Por fortuna al final no pasó nada.

-¿Cómo fue su llegada a Sarria?

-Soy de Monforte y solo conocía Sarria de paso. Cuando estaba en mi casa de vacaciones vi un anuncio en el que convocaban la plaza de policía local. Me presenté y la saqué en un concurso con otros 5 aspirantes.

-¿Cómo fueron los primeros tiempos?

-Muy duros, tanto que cuando llevaba un mes me quería marchar y entre el alcalde, Arturo Corral, el concejal Genín Carrozas y el secretario, Amando Losada, me convencieron. Estábamos en una habitación con la asistenta social y un cobrador y nos limitábamos a llevar citaciones y poco más. Poco a poco la situación fue mejorando hasta que llegamos a tener primero un local propio y luego un número de efectivos suficiente para llevar bien el trabajo.

-¿La gente valora el trabajo policial?

-Cuando necesitan a la policía para que les solucione un problema sí, pero cuando les sancionamos por algún motivo, somos los malos de la película. No ven que hasta atendemos casos como ayudar a personas que no se valen por sí mismas y que abarcamos muchas tareas que no se ven. Es algo que tenemos que asumir.

-¿Qué cambió en su trabajo desde que llegó a Sarria?

-Absolutamente todo. Teníamos una máquina de escribir antigua y ahora todo está informatizados. Recuerdo especialmente los primeros móviles que eran como una maleta y que apenas tenían batería.

-¿Qué supuso crear la Asociación de Xefes de Policía de Galicia?

-Fue un paso adelante para que a los policías locales se nos reconociera nuestra categoría profesional y nos equipararan al resto de funcionarios y cuerpos de seguridad. Tuve el privilegio de ser uno de los fundadores y delegado provincial durante muchos años y de tener como compañero a Miguel Ángel Gervás, de A Coruña, el primer presidente de esta asociación y una persona que me impresionó por su inteligencia y profesionalidad.

-¿Qué hará a partir de ahora?

-Sobre todo disfrutar con mi familia, algo que debido a mi trabajo no he podido hacer durante muchos años y que ahora quiero recuperar.