Baches y obras eternizan el viaje por la N-120

María Cobas Vázquez
María Cobas O BARCO / LA VOZ

LEMOS

LOLITA VAZQUEZ

El mal estado del firme alarga cualquier recorrido por esta carretera que atraviesa el sur de la provincia de Lugo

19 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La distancia entre O Barco de Valdeorras y Ourense es de 110 quilómetros escasos. Es un recorrido por una nacional que se vuelve eterno estos días porque los baches que ya casi son históricos no han hecho más que crecer tras este largo invierno de lluvias, y además estos días aprovechando el buen tiempo hay hasta tres puntos en obras, lo que supone que hay tramos regulados por semáforo para controlar el tráfico debido a que uno de los dos carriles está cortado, lo que ralentiza la circulación todavía más. Ayer mismo a media mañana, el recorrido supuso una inversión de 83 minutos. Todo respetando los límites de velocidad, como «aconsejan» los numerosos radares (también móviles y a veces casi enfrente de alguno fijo) que el conductor va encontrando por el camino.

La salida desde O Barco (en la rotonda de Veigamuíños) arranca por un tramo que fue reparado meses atrás, por lo que hasta A Rúa no hay demasiadas incidencias, aunque mejor no pisar el acelerador, que no hay baches, pero sí radar. Ya en territorio rués llega la primera parada, de un par de minutos, para salvar el semáforo. Los operarios trabajan desde el martes en reparar las juntas de dilatación de los puentes, así que hay un carril cortado, el que va en dirección a la capital. Son varios los coches parados, así que la reanudación de la marcha se ralentiza. Mucho más todavía si hay camiones en la cola (aunque este no era el caso).

Pasada A Rúa y entrando en la provincia de Lugo, ahí comienza la retahíla de baches y badenes. Los parches puestos a lo largo de los años dan al asfalto un aspecto multicolor que bien podrían servir para ir dando fecha a cada rebacheado. Quiroga y Ribas de Sil son dos de los concellos que en más ocasiones ponen a prueba la pericia de los conductores. A la altura del polígono industrial quirogués hay un bache que no deja de crecer y que ya es imposible esquivar sin invadir el carril contrario, así que poco más queda que aminorar la marcha para intentar que sufran lo menos posible las ruedas y las amortiguaciones del coche. Y así durante los más de cuarenta quilómetros que faltan hasta llegar a Monforte. Citarlos todos sería como incluir la lista de los reyes godos, interminable. Pero están ahí y los sufren a diario los cientos de conductores que utilizan la carretera.

Llegando a Monforte, el doble carril invita a aprovechar para adelantar a los camiones y furgonetas que aparecen en el camino. No es fácil, la señal de badenes advierte que la carretera no está en su mejor estado. Y así lo corrobora el salto que da el coche al cambiar de carril, en especial en la zona final del doble carril. Ya pasada la capital de Lemos, el asfalto presenta mejor estado. Eso sí, las obras en dos puntos (uno de ellos en Nogueira de Ramuín tras caer parte de la ladera días atrás), y la línea continua hasta Ourense que impiden adelantar hacen que el trayecto se relantice de nuevo. Al final, al entrar la ciudad, el coche señala que han sido necesarios 83 minutos para recorrer un total de 108 kilómetros. ¿Podría ser peor? Sí. Podría estar lloviendo y la calzada resbalazida; podía haber la niebla típica de Lemos que obliga a bajar la marcha e incluso podrían aparecer los pelotones ciclistas que tanto gustan de la N-120. Entonces la casi hora y media podría ir aumentando.

A la espera de la A-76

La N-120 es, a pesar de todo lo anterior, la mejor alternativa para ir hasta Ourense desde Valdeorras. La otra opción es subir por Trives, pero entonces el camino todavía se hace más largo. No en quilómetros, pero sí en tiempo, porque hay mucho tramo de carretera de montaña. Son las opciones mientras no sea una realidad la futura A-76, que todavía está unicamente en los papeles. Fomento trabaja con este año para que salga a licitación la construcción del primer tramo, entre A Veiga de Cascallá y O Barco.