Ocho empresas compraron suelo barato en el polígono sin instalarse

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ALBERTO LÓPEZ

Solo cuatro llegaron a levantar naves tras acogerse a las pujas a precio bonificado

13 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Al menos doce empresas adquirieron desde el 2007 parcelas del polígono de Monforte que salieron a la venta en diferentes concursos con precio bonificado. Las compras se realizaron en las subastas a la baja convocadas por el Ayuntamiento y, posteriormente, por la sociedad participada por la Xunta Suelo Empresarial del Atlántico (SEA), en la que recae la gestión del parque industrial de O Reboredo desde la desaparición del Sigalsa. Casi diez años después de la primera de estas pujas, solo cuatro proyectos han llegado a traducirse en algún tipo de actividad empresarial.

La Consellería de Infraestructuras e Vivenda, representada en el consejo de administración de SEA, anunció esta semana que están siendo enviadas cartas a las empresas que adquirieron parcelas a precio bonificado para recordarles su obligación de cumplir las condiciones del contrato. Las compras se llevaron a cabo en el 2015 y el plazo teórico para poner en marcha los proyectos que las justificaron termina el próximo 31 de diciembre.

En el caso del polígono industrial de O Reboredo, fueron al menos tres las empresas que compraron suelo al precio de 18 euros el metro, lo que supone una rebaja del 50% sobre el importe habitual. Una puja previa convocada por SEA, con una bonificación del 30%, había sido declarada desierta. A estas alturas, solo hay actividad en una de las parcelas que fueron adquiridas a mitad de precio.

Prodeme desembolsó 373.000 euros en el año 2015 por dos parcelas de 15.484 y 5.234 metros cuadrados, respectivamente. Están destinadas a un proyecto de aprovechamiento de restos forestales para combustible que permanece en punto muerto. El gerente de la asociación, Julio Cortiñas, dice que no recibieron ninguna comunicación de la Xunta. «O contrato xa establece que non se poden vender os terreos sen autorización. Non creo que haxa problemas de prazo, porque a compra é recente», explica. Cortiñas aguarda, en todo caso, que el gobierno municipal «recapacite algún día» en su negativa a revisar la ordenanza que regula la bonificación de licencias.

Nueve de los trece compradores de terreno a bajo precio cerraron las adquisiciones antes de la puja de SEA. Aprovecharon los incentivos en el suelo de titularidad municipal que se ofrecieron en el 2007. Solo tres de ellos -una ferretería, una autoescuela y un taller mecánico- operan en naves construidas en esos terrenos. El pasado año, Teydi quiso traspasar la parcela a otra empresa, pero se encontró con la negativa municipal. Sobre el papel, las empresas que se hicieron con esas parcelas y no desarrollaron proyecto alguno perdieron la titularidad de los terrenos y también el dinero que abonaron por ellos. El Ayuntamiento busca algún resquicio legal que permita resolver el conflicto, pero después de un año no se ha dado con solución alguna.

La última prórroga para hacer efectiva la compra de suelo en el puerto seco expiró hace un año

Para una de las empresas que compraron suelo municipal en el polígono, el incumplimiento de los plazos del contrato es un problema menor. Por el camino, Climatecnic entró en concurso de acreedores. Pero hay otras cinco que corren el riesgo de quedarse sin terrenos y sin el dinero abonado. A comienzos de semana, el alcalde mantuvo una nueva reunión con responsables de los servicios jurídicos y económicos del Ayuntamiento para abordar esta cuestión. «Estamos valorando posibles vías de solución, pero a verdade é que non son moitas», señala Tomé.

Las bonificaciones del polígono siguieron la estela de los incentivos que se habían aplicado en el puerto seco para atraer operadores. El Instituto Galego da Vivenda e Solo (IGVS), titular de los terrenos, rebajo en el 2014 a la mitad el precio del metro cuadrado en el centro logístico, que en alguna parcela llegaba a 72 euros. Abiga hizo entonces una reserva de suelo que sigue en el aire. La última prórroga concedida por el IGVS para hacer efectiva la compra caducó en mayo del pasado año.

Competencia de Bóveda

Las sucesivas pujas a la baja no impidieron que nuevas firmas monfortinas eligiesen para instalarse el polígono de Bóveda, donde el precio del metro es de 21 euros y el Ayuntamiento subvenciona parte del coste de la urbanización. Para determinadas actividades, la ubicación de este parque empresarial resulta además determinante. «El polígono de Bóveda es de tránsito, al nuestro hay que ir expresamente», dice un industrial monfortino.