Los viñedos de Ribeira Sacra que ya despuntaban en los foros medievales

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Otoño en las viñas en pendiente de Doade (Sober)
Otoño en las viñas en pendiente de Doade (Sober) ALBERTO LOPEZ

Laderas como Doade motivaron, por su riqueza vitícola, numerosos litigios entre la nobleza y el clero

12 mar 2018 . Actualizado a las 22:34 h.

El mapa actual de los viñedos más valorados de la Ribeira Sacra no difiere sustancialmente del que comenzó a dibujarse en el siglo XIV, cuando la viticultura experimentó un importante despegue en este territorio. Los foros mediante los que monasterios y casas señoriales cedían el aprovechamiento de los terrenos a los campesinos a cambio de un porcentaje de la producción, ofrecen valiosas pistas sobre cuáles eran las zonas de cultivo más codiciadas. En algunos casos, esas viñas todavía conservan la toponimia de aquella época.

La abundante documentación recopilada por el investigador local Felipe Aira pone de relieve la gran cantidad de viñas que tenían los monjes del monasterio de San Vicente en Monforte y sus alrededores. Una escritura del siglo XV, concretamente de finales del año 1446, recoge un trueque entre la casa de Lemos y los benedictinos que incluye una viña de Doade. «Doade era una de las zonas más importantes de viñedos para el monasterio benedictino desde que en el siglo X le dieran dicho coto», apunta Aira.

Desde entonces y a lo largo de más de cinco siglos, explica el estudioso monfortino, «el coto de Doade, por su riqueza vinculada al vino, fue objeto de constantes conflictos entre varios señores, luego condes de Lemos, y el monasterio. En versiones de la leyenda de La corona de fuego, algunos autores colocan como móvil del asesinato del abad de San Vicente del Pino los pleitos por ese coto».

Obra todavía inédita

Felipe Aira examinó gran cantidad de documentos de los archivos municipales, de la iglesia de Santa María de A Régoa, del libro de registro de las escrituras del monasterio del que fue autor fray Mancio de Torres en 1613, y de la obra del historiador Carlos Rodríguez, concluida en el año 1990 y todavía inédita, Colección diplomática de San Vicente del Pino, entre otras fuentes.

Los viñedos proliferaban entonces por el actual núcleo de Monforte y todo el valle circundante, incluso en zonas donde el rastro del cultivo de la vid desapareció hace mucho tiempo. Respecto a las zonas de ribera, en la documentación del siglo XV abundan las referencias a viñas aforadas por el monasterio en las riberas de Doade (Sober) y Vilachá de Salvadur (A Pobra do Brollón). Incluso hay una alusión a la zona de Capeliños, topónimo que aún se conserva en la actualidad en Doade.

En Vilachá de Salvadur, la más aludida es la ribera de Lagares, una de las tres que dibuja el Sil aguas abajo de Augas Mestas. Un foro de 1748 recoge el pago de una renta anual del 62 canados de vino -podían ser más de 2.000 litros- por una viña situada en ese lugar. Los benedictinos, apunta Felipe Aira, «recibían en la mayor parte de las ocasiones, a cambio de estos foros, vino que le debían llevar a las propias bodegas del monasterio. Por aquel entonces estaban situadas en San Vicente y la parte de Doctor Teijeiro más cercana a la plaza de España, donde estaba situada la antigua iglesia románica de Santa María de A Régoa.