El tráfico recobra la normalidad en Calvo Sotelo después de dos meses

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

Parte de la calzada será para el paso de peatones del lado de las casas demolidas

03 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La calle Leopoldo Calvo Sotelo recobra la normalidad después de 61 días de restricciones al tráfico que provocaron las quejas de vecinos y comerciantes. En 47 de esas jornadas, entre el 31 de diciembre y el 16 de febrero, la principal vía de acceso a la Estación permaneció cortada por completo. El alcalde autorizó ayer la apertura del carril más próximo a los inmuebles cuyo derrumbe había obligado a cerrar la calle a la circulación en la madrugada previa a la Nochevieja. Hasta ahora, los trabajos de demolición aconsejaban limitar el paso de vehículos a la margen de la calzada más apartada de las edificaciones. El director de la obra de derribo suscribe en un informe que por fin se dan las condiciones para la apertura de los dos carriles.

El tráfico volvió a la normalidad en la calle Calvo Sotelo a primera hora de la tarde, tras una reunión previa entre el alcalde, el concejal de Servicios, el arquitecto responsable de la obra de derribo de los inmuebles y el jefe de la Policía Local. «Chegouse á conclusión de que a situación permite a apertura dos dous carrís de circulación, así como o paso dos peóns», informa el Ayuntamiento.

Los peatones, sin embargo, no podrán pasar por la acera del lado de los inmuebles demolidos. «Vai ser preciso habilitar con vallas a zona de estacionamento da fachada da obra para o paso de persoas. A beirarrúa desde lado quedará cortada, porque o seu estado aínda non permite o paso das persoas con total garantía de seguridade», detallan las mismas fuentes.

Lo que dice el informe

Las medidas adoptadas por los responsables municipales siguen al pie de la letra las pautas que recoge el informe que redactó el director de la obra de derribo tras la reunión de ayer. «Una vez demolidas las edificaciones, eliminado y el riesgo de caída de objetos a la vía pública y la necesidad de utilizar maquinaria pesada para la ejecución de los trabajos desde el exterior delos solares, se procederá a levantar los contenedores situados en la calzada, abriendo la calle para permitir el tráfico en los dos sentidos sin necesidad de regulación por semáforos», propone el arquitecto.

La Policía Local da por válido el criterio del técnico responsable de la demolición e informa favorablemente la apertura de los dos carriles al tráfico y la vuelta a la normalidad del estacionamiento, que en las últimas semanas estaba prohibido del lado de los números pares.

Los comerciantes no decidieron si reclamarán por las pérdidas que les causó el cierre

El alcalde insiste en que las restricciones al tráfico en la calle Calvo Sotelo se levantaron «tan pronto como o permitiron» los informes de los técnicos. Si no se hizo antes, asegura Tomé, fue por la necesidad de anteponer «a seguridade das persoas» ante posibles accidentes derivados del estado ruinoso de las edificaciones. No es un argumento, sin embargo, que convenza por completo a los comerciantes de la zona. «La seguridad es lo primero, eso nadie lo discute. Pero tampoco la había del otro lado de la calle para los peatones mientras no avanzó la demolición», apunta la farmacéutica Marta Rodríguez.

Su firma aparece junto con la de otros comerciantes en un escrito registrado en las oficinas municipales el 5 de febrero, en el que urgían al alcalde a normalizar la situación de la calle en el plazo de cinco días. De lo contrario, decían estar dispuestos a reclamar al Ayuntamiento la responsabilidad patrimonial de los perjuicios económicos que les estaba ocasionando el prolongado corte de tráfico.

Costará un tiempo

Los comerciantes tuvieron que esperar bastante más para ver cumplida su petición, pero afirman no tener decidido si exigirán finalmente algún tipo de responsabilidad al Ayuntamiento. Todos coinciden en señalar que la situación mejoró cuando se permitió la apertura parcial de la calle al tráfico, aunque asumen que la actividad de sus negocios todavía se resentirá un tiempo. «Esto nos ha afectado muchísimo. La gente cambia de hábitos y nos va a costar recuperarnos», señala Marta Rodríguez.