La iglesia de San Vicente será pintada con cuatro siglos de retraso

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

La Xunta financiará con 225.000 euros una nueva fase de rehabilitación del edificio

15 feb 2018 . Actualizado a las 21:41 h.

La Consellería de Cultura anunció la licitación de las obras de una nueva fase de la restauración de la iglesia monfortina de San Vicente do Pino, que afectará a la parte exterior de la fachada sur y de la cabecera del templo. La intervención tendrá un coste de en torno a 225.000 euros y comprenderá el revestimiento con mortero de cal de los muros del edificio, que serán después pintados de un tono ocre claro.

El delegado de patrimonio histórico del obispado lucense, César Carnero, señala que cuando se edificó la iglesia -las obras acabaron en el año 1600, según la documentación histórica-, las fachadas exteriores quedaron sin enfoscar y sin pintar aunque todo indica que los constructores tenían la intención de dotarlas de una cubierta protectora. A su juicio, este trabajo no llegó hacerse por falta de recursos económicos. «O normal sería que se preocupasen por protexer os muros -explica-, porque iso foi o que se fixo con moitos outros edificios desa época que non mostraban boas condicións de impermeabilidade». Lo que no se hizo en más de cuatro siglos es lo que va a realizarse ahora.

Pizarra ferruginosa

La fachada sur y la cabecera de la iglesia están construidas en mampostería de pizarra, un material que no supone una barrera eficaz contra las filtraciones de agua si no cuenta con ningún revestimiento, como sucede en este caso. «Ademais, é unha pizarra que contén moito ferro e que ten sufrido unha oxidación intensa despois de tantos anos á intemperie, polo que o seu deteriororo é moi importante», añade Carnero. Por este motivo ya se han registrado algunos desperfectos causados por la humedad en el interior de la cabecera del templo, una zona que ya fue sometida a otra operación de rehabilitación terminada en la primavera del 2011.

La fachada principal no presenta estos problemas, ya que está construida en cantería de granito de buena calidad y no deja pasar filtraciones de agua. La cubierta del templo fue renovada totalmente en el 2004 para frenar un serio deterioro que amenzaba su conservación.

Cuando termine la intervención todavía quedará mucho por hacer dentro del templo

Cuando termine el arreglo de las partes exteriores que se acometerá en los próximos meses, el proceso de restauración de la iglesia de San Vicente do Pino todavía estará lejos de darse por concluido. Para ello, en primer lugar, será necesario rehabilitar también el interior de la nave, donde nunca se realizó una intervención de este tipo. «Pero antes de facer nada dentro da igrexa é imprescindible eliminar as filtracións de auga que se producen a través dos muros -señala César Carnero-, porque en caso contrario volverían deteriorarse as zonas restauradas, como xa pasou en parte co que se fixo na anterior fase de rehabilitación».

En estos trabajos, que se desarrollaron entre el 2010 y el 2011, se eliminaron humedades en el pavimento y en la parte interior de los muros de la cabecera. En esa época se descubrió además un mural renacentista de gran tamaño que estaba tapado con cal en el ala norte del crucero y que seguramente formó parte del monumento funerario del cuarto conde Lemos, Fernando Ruiz de Castro y Portugal, y de su esposa Teresa de Andrade.

Obras artísticas

Carnero señala que cuando se haya rehabilitado la parte interior de la nave habría que plantearse también la rehabilitación de los referidos murales y de otros que se encuentran en la cabecera. Otro elemento artístico que también merece ser recuperado -apunta por otra parte- es el retablo mayor, una valiosa obra del siglo XVIII que contiene una pintura más antigua, una representación del martirio de san Lorenzo inspirada en Tiziano.

Un tono ocre claro presente en otras construcciones históricas

En cuanto al color elegido para pintar las partes exteriores de la iglesia, César Carnero señala que se han tomado como ejemplo algunos revestimientos parciales que pueden verse en ciertos lugares del antiguo monasterio benedictino situado junto al templo y en el cercano palacio condal -ambos convertidos en el parador de San Vicente-, así como en el Colegio de la Compañía. «Non podemos saber que cor se utilizaría orixinalmente se a igrexa tivese chegado a ser pintada na época da súa construción, así que se decidiu tomar como modelo outros edificios dese período histórico que se conservan en Monforte», apunta el delegado diocesano. «O impacto paisaxístico non vai ser importante, porque con esa tonalidade ocre o edificio non presentará un aspecto moi diferente do actual ao velo desde lonxe», añade.

El proyecto de rehabilitación tendrá un plazo de ejecución de cuatro meses. Antes de enfoscar y pintar las fachadas exteriores, se llevará a cabo una limpieza de los muros de pizarra y se impermeabilizarán las cornisas, repisas y contrafuertes. También está previsto rehabilitar las carpinterías exteriores de las puertas y ventanas y reformar la escalera de acceso a una de las entradas.