2018, los presupuestos más importantes y también los más fáciles para el alcalde

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

El alcalde empieza a buscar votos para sus cuentas del año que viene, pero tiene una bala en la recámara

20 dic 2017 . Actualizado a las 22:03 h.

El gobierno municipal de Monforte someterá a votación el día 18 en el pleno su propuesta de presupuestos para el año que viene. Los portavoces de la oposición recibirán ocho días antes el expediente con todos los datos y tendrán que decidir si facilitan o no su aprobación. Son los terceros presupuestos que elabora el Ayuntamiento con José Tomé al frente de la alcaldía y son decisivos porque decidirán cómo se gasta el dinero municipal en el año previo a las próximas elecciones. Por tanto, podría parecer que el alcalde lo tiene difícil, pero lo cierto es que afronta la negociación con la tranquilidad de que todavía le queda una moción de confianza a la que recurrir en caso de que la mayoría de la corporación tumbe su propuesta.

El alcalde se propone hablar esta semana con los portavoces del PP, los no adscritos, el BNG y Esperta Monforte. De hecho, con alguno de ellos ya ha mantenido un primer contacto. Les explicará el borrador de los presupuestos del 2018, a modo de anticipo del expediente completo, que recibirán el día 11 como paso previo a la convocatoria de las comisiones informativas previas al pleno, que probablemente serán el día 14.

La llave, los no adscritos

En el gobierno local dicen confiar en que el alcalde sea capaz de convencer a al menos una parte de la oposición de que no voten en contra. El PSOE tiene seis concejales y necesita sumar al menos nueve, o por lo menos que los votos negativos no alcancen esa cantidad. Con esa aritmética, los votos de los dos concejales que tienen el BNG y Esperta Monforte no le llegan. Como lo lógico parece dar por descontado el voto desfavorable de los cinco ediles del PP, la llave la tienen los cuatro no adscritos. El año pasado se abstuvieron y facilitaron la aprobación del presupuesto del 2017, pero en aquel momento seguían dentro de la disciplina del BNG y la actual portavoz de los no adscritos era más partidaria de votar no.

En cualquier caso, sea cual sea el resultado de los contactos que se llevarán a cabo entre esta semana y el día 8, a Tomé le queda el recurso de convocar una moción de confianza vinculada a una de censura. Le supondría un cierto coste de imagen, pero el riesgo de que la oposición se ponga de acuerdo para investir a otro alcalde en una moción de confianza parece mínimo, así que una vez constatado que no hay alternativa, la junta de gobierno local podría aprobar los presupuestos sin necesidad de pasar por el pleno municipal.

Hasta ahora solo tuvo que recurrir a eso para sacar adelante los presupuestos del 2015, así que le queda otra oportunidad. Es más, si no la aprovecha ahora ya no podría hacerlo antes de que termine este mandato, porque la ley impide votar mociones de confianza a menos de un año de las elecciones, que serán en mayo del 2019.

Un recurso extraordinario ensayado dos veces en los últimos años

Una reforma legal aprobada en 1991 permite a los alcaldes sacar adelante los presupuestos municipales aunque gobiernen en minoría. Tienen que someterse al trago de una moción de confianza y se arriesgan a que la oposición saque adelante una censura que cambiaría al alcalde, pero les proporciona una estabilidad que de otra manera no tendrían. Pero se trata de un arma legal a la que no pueden echar mano a la ligera. Solo pueden hacerlo dos veces por mandato. Tomé consumió la primera en su primera votación de presupuestos, la de las cuentas del 2016. En las de este año no le hizo falta porque el BNG se abstuvo.