El rastreo masivo no dio resultado

Carlos Cortés
carlos cortés CHANTADA / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

Decenas de personas peinan 360 hectáreas sin hallar rastro de Alfredo Rodríguez

22 nov 2017 . Actualizado a las 22:14 h.

La batida masiva organizada por la Guardia Civil, el Ayuntamiento de Taboada y los vecinos de la aldea de Torre terminó ayer sin resultados. El octavo día de rastreo terminó igual que todos los anteriores, sin ninguna pista sobre el paradero de Alfredo Rodríguez Vázquez, el hombre de 86 años que falta de su casa desde el lunes de la semana pasada.

La búsqueda empezó a las nueve de la mañana, tal como había anunciado el Ayuntamiento a través de los medios de comunicación y de su cuenta en Facebook. A esa hora, algo más de sesenta personas esperaban instrucciones al lado de la casa en la que el desaparecido vivía con su hijo, su nuera y una nieta.

Los mandos de la Guardia Civil al frente del dispositivo los distribuyeron en grupos y les asignaron zonas de búsqueda, con la recomendación de que se desplegasen en fila y con diez metros de separación entre unos y otros. Entre los voluntarios había muchos vecinos de Torre y del resto de la parroquia de San Mamede, pero también personal del grupo de emergencias de Monterroso y de las agrupaciones de Protección Civil de Taboada y Carballedo.

La Guardia Civil envió a una decena de agentes de Taboada, Chantada y O Saviñao, coordinados por José María García Blanco, el sargento del cuartel local. «Vamos a cubrir el pueblo de Torre y sus alrededores -explicaba García sobre el terreno-, hasta la distancia que nosotros calculamos que pudo andar este hombre en la hora de luz que quedaba cuando salió de casa».

Al norte, la casa de sus padres

Los límites de la búsqueda los marcaban al sur la carretera N-540 y el pueblo de Porto y al norte los lugares de Arxiz y O Curro. Esta última es la aldea ahora abandonada en la que Alfredo Rodríguez se crio. Poco antes de desaparecer le dijo a su hijo y a su nuera que quería ir allí a ver la casa de sus padres.

Se trata de una extensión de alrededor de 360 hectáreas, que la Guardia Civil había dividido sobre un mapa en algo más de ochenta cuadrículas de búsqueda de doscientos por doscientos metros. En el punto de partida, los responsables de la operación iban formando grupos de siete personas, con un agente entre ellos, y a cada uno le asignaban una cuadrícula. Cuando la habían recorrido entera, el guardia civil que iba dentro de cada grupo se lo decía a sus jefes, que lo enviaban a la cuadrícula consecutiva.

La operación terminó a la una y media de la tarde sin resultados y se reanudó a las tres. A esa hora se incorporó personal de una empresa de drones que tiene su sede en Chantada. La batida se dio por terminada cuando empezó a anochecer. Uno de los grupos encontró una camisa tirada en el monte, pero la familia aseguró que no era del desaparecido.

La búsqueda de Alfredo Rodríguez continúa abierta, pero ya será difícil que se repitan rastreos tan sistemáticos y masivos como el de ayer.