La huelga afecta ya a cien futuros conductores en el sur de Lugo

MIRIAM SALGADO / L. DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

Las autoescuelas ven esfumarse la época del año de más volumen de negocio

21 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace tiempo que una huelga no da tanto de qué hablar como la que protagonizan los examinadores del carné de conducir. El paro iniciado el 19 de junio provocó por ahora que más de 4.000 aspirantes hayan perdido la oportunidad de examinarse en Galicia. Pese a que Tráfico asegura que estas pruebas serán reprogramadas, no todo el mundo tiene tan claro que esto vaya a suceder. Son muchos los que no dudan en afirmar que el cuello de botella que se está formando será difícil de solventar a corto plazo. Entre Monforte, Quiroga y Chantada se contabilizan hasta la fecha cien alumnos que no solo ven frustrada la oportunidad de presentarse al examen práctico de conducir, sino que tampoco saben cuándo podrán hacerlo.

«El Gobierno tiene que solucionar esta situación de precariedad. El verano es nuestra época fuerte, vivimos de ella. Muchas autoescuelas están a punto de cerrar por el cuello de botella que se está formando. Están perjudicando además a todos esos alumnos que han pagado unas tasas por un servicio que no están recibiendo. Desde la Dirección General de Tráfico deberían habilitar unos servicios mínimos», dice Mónica Pérez, presidenta de la asociación provincial de autoescuelas de Lugo.

Las autoescuelas son las otras grandes afectadas que deja tras de sí esta huelga. En Galicia hay cerca de quinientos centros de este tipo que generan la mayor parte de sus ingresos en verano. Es la época en la que muchos estudiantes se deciden a sacar el carné de conducir, gracias al tiempo libre que les deja la interrupción de las clases. En Monforte, en la autoescuela Rubián hay nueve alumnos que esperan como agua de mayo el momento en el que poder examinarse. Llevan desde que empezó el paro sin poder hacerlo y la incertidumbre continúa.

En la autoescuela Cabe hay tres más y en la Lemos son once los que fueron citados a una convocatoria que quedó anulada, sin saber hasta cuándo. En esta última semana se les sumaron catorce aspirantes más que intentarán presentarse al próximo examen. Por su parte, la autoescuela Roma ha preferido no hacer constar ningún dato.

Ruta, en Quiroga, sigue preparando a diez personas para el práctico de conducir. Además, también ha comenzado a dar clases a ocho alumnos que aún no tienen el teórico aprobado. «Estamos dándole clases a gente que aún no tiene el teórico para tenerlos preparados», señalan desde esta autoescuela.

La panorámica no cambia mucho en Chantada, donde entre las tres autoescuelas suman más de treinta alumnos. Desde Faro, una de las autoescuelas de la localidad, recuerdan que «los que se están preparando para examinarse han pagado unas tasas, también deberían tener unos derechos». En la autoescuela Chantada tampoco se salvan. «Acabamos de presentar una lista con doce personas, cuatro llevan esperando desde principios de mes y a ellos se han añadido ahora ocho más», explican.

Solo cinco examinadores para toda la provincia en condiciones normales

Es para los alumnos de las autoescuelas para los que más incierto resulta lo que está ocurriendo. Verónica García, hace prácticas en Chantada y va por la decimonovena clase de conducir. «En caso de que no pueda hacer el examen antes de septiembre dejaría las prácticas este mes porque me parece un gasto tonto. Creo que los examinadores tienen derecho a hacer huelga, pero también opino que deberían pensar en que las personas que vamos a examinarnos tenemos trabajos y muchos necesitamos el carné para esos empleos. Veo muy injusto que solo piensen en sí mismos, cuando al fin y al cabo si nosotros no nos examinamos, ellos se quedan sin trabajo», señala esta joven.

El director general de Tráfico, Gregorio Serrano, dio a conocer recientemente la posibilidad de convocar plazas de examinadores que estarían destinadas a militares mayores de 45 años, que por edad ya no pudiesen realizar funciones dependientes del Ministerio de Defensa. Tras un curso de formación de once semanas, y aproximadamente diez meses de espera, se contaría con 120 nuevos puestos mediante esa fórmula de emergencia.

Tomárselo con humor

En medio de todo este lío, aún hay quien prefiere tomárselo con algo de humor. Algunos profesores y dueños de autoescuelas de la zona bromean con la idea de pagar de su propio bolsillo los 250 euros mensuales que exigen los examinadores para desconvocar el paro. El precio parece asumible ya que para toda la provincia de Lugo solo se cuenta con cinco examinadores.