Areas o Vello, antiguo paso estratégico entre Sober y Pantón

CARLOS RUEDA / FRANCISCO ALBO MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

El ferrocarril y el estraperlo marcaron la historia reciente de este peculiar rincón a orillas del Cabe

08 ago 2017 . Actualizado a las 13:36 h.

A corta distancia de la aldea soberina de Areas -conocida por por su pequeña estación ferroviaria en la línea de Monforte a Ourense- se encuentra el primitivo poblado de Areas O Vello, también conocido por O Celeirón. En sus inicios estuvo formado por una sola vivienda con capilla. Después fue pasando por las manos de varios propietarios hasta quedar dividida en cuatro partes. Dos de ellas fueron compradas por una familia apellidada González y las otras dos por la familia de los Pérez.

Los González poseían un viejo molino a orillas del Cabe, conocido por O Xidre. Los Pérez eran propietarios de grandes extensiones de terreno, la mayor parte dedicados a viñedos. «Facían moito viño -relata Pedro Iglesias, vecino de Areas- e na estación cargaban moitos bocois». La pista de tierra que une la actual Areas y Areas o Vello fue construida precisamente para llevar el vino al ferrocarril. También era de su propiedad la vieja capilla, datada del siglo XVII, que fue reformada y convertida en bodega. En el dintel de la vivienda principal está grabada la fecha de 1763, pero en los muros se aprecian varios elementos de distintas épocas, algunas quizá muy anteriores. En uno de los arcos de descarga interiores se aprecian piedras de sillares muy bien picadas y labradas. Al lado hay otras piedras más toscas y sin labrar, seguramente aprovechadas de otras construcciones.

Comunidades monásticas

Cabe la posibilidad de que la primitiva vivienda fuese tan antigua como el eremitorio medieval de O Cotillón, situado en la otra orilla del Cabe. Es probable que ambos lugares albergasen comunidades monásticas relacionadas entre sí, que podían mantener una comunicación visual pero al mismo tiempo llevar una vida de recogimiento. El carácter estratégico de este lugar -un paso entre las tierras de Sober y Pantón a través del Cabe- hizo posible que estuviese poblado desde la alta Edad Media.

Por Areas O Vello pasaba un camino procedente de Santo Estevo de Anllo que bajaba hasta el Cabe a la altura de O Cotillón. Por él pasaban el ganado y las caballerías hacia las ferias de Pantón. Era el único lugar por el que se podía pasar a pie -cuando el caudal del río lo permitía- entre Canaval y Santo Estevo. En invierno había que cruzar en barca. El punto de atraque era conocido por Pozo da Barca y quien llevaba la embarcación era el barquero de O Cotillón.

Antiguos molinos

Este camino también era muy utilizado por los vecinos de Santo Estevo de Anllo e incluso por los de Bolmente cuando venían a moler el grano a los molinos de O Manufo, O Carrelo y de O Xidro. «Aínda recordo oírlle contar a un veciño de Bolmente de vir co gran ata o muíño do Carrelo cando os muíños de Bolmente quedaban sen auga», dice Iglesias. «Tamén contaban os vellos que por baixo da aldea, no camiño que leva ao Cabe, había unha cantina para acoller a toda a xente que pasaba», añade. Eso sucedía en torno a 1880, cuando se estaba construyendo la línea ferroviaria. Para ir a la estación de Areas a tomar el tren, los vecinos de las parroquias de Anllo y Bolmente seguían otro camino que sale de la parte alta de la aldea. «Viñan pola ribeira da Bouriza e Rosende ata Areas O Vello e logo baixaban cara á estación», explica Iglesias.

Tras la construcción de la estación, la primitiva aldea de Areas O Vello se fue quedando sin vecinos mientras el nuevo núcleo ganaba importancia comercial con actividades que no siempre eran lícitas, ya que el estraperlo tuvo mucho peso. El trasiego que generó el ferrocarril dio pie a que abriesen varias cantinas. Una de ellas, la de Mantilla de Rosende, también hacía las veces de pensión.

En la estación se movía de todo, principalmente café, vino y patatas. Hubo una temporada en la que llegaba mucho cobre de Portugal, ya que allí era más barato. «Cando se acercaba o tren á estación -continúa Iglesias-, xa estaban os estraperlistas esperando pola mercadoría, que botaban fóra dos vagóns antes de chegar». A Areas llegaba gente de muchos lugares -incluso de Eiré, en Pantón- con carros cargados de patatas y pellejos de vino, que dejaban en el monte muy por encima de la estación. «Logo baixaban cos sacos de patacas de cen quilos e os pelellos de viño, cargados ao carrelo polas viñas abaixo para que non os vise a Garda Civil», concluye Iglesias.