El espectáculo pirotécnico de las fiestas llamó la atención por su espectacularidad
14 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La inestabilidad atmosférica marcó la última jornadas de las populares fiestas monfortinas de San Antonio. Al menos por la mañana, durante la cual cayó agua en abundancia sobre la ciudad y otras partes del sur lucense. Estaba lloviendo precisamente cuando se llevó a cabo la típica subasta de roscas benditas -convertida en una simple venta desde hace años- en el entorno de la iglesia de la parroquia, y los fieles tuvieron que echar mano de los paraguas para ir a buscarlas. Por la tarde cambió el tiempo y las demás actividades del programa se desarrollaron sin problemas.
En la víspera de la última jornada, el lunes por la noche, se ofreció la tradicional sesión de fuegos artificiales, que llamó fuertemente la atención de los vecinos y recibió numerosos aplausos por su vistosidad y su larga duración. Como ya ha venido ocurriendo en los últimos años, no fueron pocos los que dijeron que esta sesión pirotécnica no le tiene nada que envidiar a los de las patronales de agosto.
Las fiestas de San Antonio ocupan en la actualidad el segundo puesto en importancia en el calendario monfortino. Son uno de los principales ejemplos de las fiestas que se celebraron tradicionalmente en diferentes barrios de la ciudad. Durante años, estas y las de San Lázaro -en el barrio de Carude- fueron las únicas supervivientes de esta tradición. En tiempos recientes se ha tratado de recuperar las fiestas del Carmen, propias del barrio de la Estación, que gozaron de una amplia fama.