«En Galicia no hay grandes fallas para que ocurran terremotos catastróficos»

Dolores Cela Castro
dolores cela LUGO / LA VOZ

LEMOS

El número de movimientos sísmicos en la provincia no ha variado en los últimas tres décadas

26 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Emilio Carreño dirige el Instituto Geográfico Nacional, un organismo que depende del Ministerio de Fomento, que se ocupa de los terremotos. Lleva 31 años trabajando en este centro con lo que vivió de cerca las series de movimientos sísmicos con epicentro en el denominado triángulo Sarria-Becerreá-Triacastela de los años 1995 y 1997. A principios de esta semana se cumplieron 20 años del temblor de 5,1 en la escala de Ritcher, el de mayor magnitud del Noroeste de España. Carreño cree que hubo muchos cambios en estas dos décadas, fundamentalmente en los medios y en la luz que arrojaron algunas investigaciones, que han determinado que el tipo de fallas de Galicia hacen descartable la posibilidad de un terremoto catastrófico. Los estudios realizados desde barcos con explosiones controladas así lo confirman.

-¿Qué cambios hubo en esos 20 años?

-Registramos del orden de más de 6.000 terremotos cada año. En el 2011 contabilizamos más de 11.000. Hay series de vez en cuando que aparecen con muchos. Recuerdo aquella de Lugo y conservo fotos de la época. También estuve instalando en la zona algún equipo sísmico. La diferencia principal es que en 1977 las estaciones sísmicas eran pocas, analógicas y registraban movimientos en el suelo en componente vertical, con rango dinámico. Ahora son digitales. En 1999 hubo un cambio importante y radical. Incorporamos los sensores de adquisición digital, banda ancha, con frecuencia plana. Ahora es difícil que con un terremoto de mediana magnitud se sature la señal. Se han buscado zonas generalmente aisladas de las población para instalarlas, como cuevas o minas abandonadas y ahora son localizables los de magnitud 1 y 1,1.

-¿Qué aprendieron?

-El terreno de Galicia es muy bueno para recibir las ondas porque las pizarras y los granitos las transmiten muy bien. Antes de la serie del 97 hubo otra en 1995. La del 97 empezó el 11 de mayo, con epicentro al suroeste de Becerreá. Los terremotos tampoco eran algo ajeno antes. Nos encontramos a lugareños que llamaban a un pequeño monte, el monte de los temblores, lo que supone que antes ya tuvo que existir actividad sísmica.

-¿Se llegaron a instalar los 44 sismógrafos de los que se habló en el año 1997?

-En aquella época se instalaron estaciones provisionales para el registro. Tantas como 44 no. El cambio de analógico a digital ha supuesto que no sean necesarias tantas como con el anterior modelo.

-¿Cuántos están operativos?

-En la península, en tiempo real para alerta, disponemos de 74 que son del instituto. La red sísmica recibe también datos de empresas privadas, de embalses, de centrales nucleares, de comunidades autónomas, hasta un total de entre 140 y 150 en tiempo real. En Galicia tenemos 4 y está perfectamente cubierta porque son estaciones buenas, con un registro muy limpio. No son necesarias más. Las series de entre 100 y 200 terremotos son habituales en el país. Los terremotos sentidos, sin embargo, son de 10 a 15 al mes. Hay lugares como Andalucía o Levante con bastante actividad. Antes disponíamos de menos medios y no se conocían. La península está muy bien cubierta ahora.

-¿Cómo cambió la percepción del riesgo sísmico?

-Galicia tiene muchos registros sísmicos, pero de lo que conocemos del catálogo sísmico histórico no tenemos referencia de ninguno catastrófico de magnitud 6,5 , 7 u 8. Para ello haría falta una estructura de la tierra de dimensiones suficientemente grande como para provocarlos y en Galicia no tenemos ese tipo de fallas.

-¿Por qué se registran terremotos en el triángulo entre Becerreá-Triacastela Sarria?

-Hay terremotos porque cerca de Triacastela hay una zona de pequeñas fallas paralelas, que figuran en el fichero del Instituto Geológico y Minero. El más grande fue de magnitud 5,1. No es fácil que se pueda superar. Puede ocurrir, pero si fuera superior sería muy poco. Hasta donde sabemos, ese tipo de fallas no las hay. Lo que si es cierto es que en 1997 había menos difusión de la actividad sísmica. Ahora con las redes sociales los vemos casi en tiempo real. La ciudadanía cada vez que siente un terremoto nos lo comenta. No ha variado el número de terremotos. Los de 4 y 5 son los mismos de hace 20 y 30 años.