«Es fundamental disfrutar»

Carlos Cortés
carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

El gallego que más lejos ha llegado en el esquí de élite se reinventa cerca de O Courel

23 may 2017 . Actualizado a las 08:25 h.

No sobran en Galicia esquiadores profesionales. Falta tradición, los Pirineos están lejos y los Alpes todavía más, así que faltan estaciones invernales de dimensiones suficientes como para servir de cantera permanente. Pero alguno ha habido y el que más alto ha llegado es de Monforte. Se llama Camilo López Anglada, compitió durante seis años en el circuito de la copa de Europa y fue campeón de España en la modalidad de eslalon. A sus 38 años sus días en la élite ya han pasado, pero tampoco se puede decir que esté exactamente retirado. Dejó el deporte de alto nivel en el 2002 y su currículo laboral desde entonces es complicado de resumir. Entrenador de esquí, artesano ceramista, vendedor de café, conductor de minibús, cuidador de personas dependientes... Ha sido todo eso y la mayoría de esos oficios todavía los sigue ejerciendo, aunque cuando hace seis meses nació su hijo Lares decidió hacer un paréntesis en todo para disfrutar de su familia y de la casa que él y su mujer, la psicóloga María Lillo, están restaurando en la aldea de Tudriz, en A Pobra do Brollón. A un paso de las nieves de O Courel.

-De Monforte y esquiador de élite. ¿Cómo puede ser eso?

-Mis padres siempre apostaron por el deporte. En Navidad, carnavales, Semana santa y en cualquier festivo, a mis hermanas y a mí nos dejaban en Manzaneda en una caravana a cargo de algún monitor. Fue a principios de los ochenta, cuando yo tenía entre tres y seis años. En aquella época en Manzaneda había mucha nieve. Había más problemas para llegar por carretera en invierno que por falta de nieve, como pasa ahora. No hacíamos nada de competición, era todo lúdico. Sé de gente que trabaja de otra manera, pero yo creo que hoy se enfoca a los niños hacia la competición demasiado pronto. Es fundamental disfrutar. Cuando no compites visitas toda la estación, haces curvas, saltos, te ríes, juegas... En competición estás en una pista y casi no sales de ella, ya no en todo el día, ni siquiera en toda la temporada. Después de aquello, nos fuimos toda la familia a Andorra.

-¿Para que usted compitiese?

-No, yo solo tenía seis años. Mi madre es catalana y decidieron irse a vivir allí. El esquí también influyó, pero no fue el motivo central.

-Y allí se hizo esquiador.

-Igual que en España hay un campo de fútbol casi en cada calle, en Andorra hay estaciones de esquí en todos los pueblos. Es el deporte más habitual. Allí empecé en clubes y en la competición. El esquí es duro. La montaña, el frío... Los buenos resultados me fueron animando, entré en la selección española infantil, después pasé a la juvenil y el gran salto fue cuando con solo 17 años me puse a compartir equipo con los absolutos. Me puse entre los tres primeros del mundo de mi año.

-Dejó el deporte de élite con solo 24 años. Debe ser una decisión difícil de tomar.

-Sí. Cuando era pequeño, en Andorra, una mañana me desperté triste pensando que tenía que dejar el esquí. Mi padre me llevó esa mañana a la estación invernal y después de que me dejase allí, de repente me di cuenta que en realidad lo había soñado. Me llevé una alegría tan grande que no volví a quejarme del frío. Ahí supe que el momento en el que tuviera que dejarlo lo iba a pasar mal. Con el esquí pude viajar, de aprender idiomas, de conocer otras culturas... Lo que me hadado el esquí no podría haberlo conseguido de otra manera.

Camilo López Anglada no decidió el momento de su retirada. Lo decidieron por él los nuevos responsables de la Federación Española de Esquí tras un proceso electoral en el que él había tomado partido por el bando perdedor. «Me llevé un disgusto bastante grande -recuerda-, me dijeron que me fuese de mala manera».

-Tocaba reconvertirse.

-Lo intenté aquel mismo año como entrenador de esquiadores ciegos de la ONCE, pero finalmente no pudo ser. Me dijeron que sí y después que no, yo creo que por efecto de lo que había pasado en la federación.

-Después se hizo alfarero.

-Mis padres estuvieron muy vinculados hace treinta años en el taller de cerámica Nós, lo que fue el germen de la actual asociación Prodeme [que trabaja en Monforte en el ámbito de la integración laboral y social de personas con discapacidades psíquicas], así que aprendí a ser alfarero, algo que me entusiasma pero de lo que es difícil vivir en exclusiva. Después compaginé ese trabajo con el de comercial de una empresa catalana de café, que acabó cerrado, fui conductor de furgoneta para una asociación de familiares de enfermos de Alzhéimer en Monforte, y más recientemente cuidador de personas dependientes, formador de monitores de esquí en una escuela deportiva de Ourense y monitor en la estación de Manzaneda.

-Y padre.

-En estos momentos, padre prácticamente a tiempo completo y disfrutando de una casa hecha a nuestro gusto que nos está quedando muy bonita y que estamos a punto de terminar, después de unos años de trabajo restaurándola. Y estoy dándole vueltas a la posibilidad de volver a abrir el taller de cerámica. Ya veremos.

su palmarés

Seis años en la selección. Camilo López Anglada formó para del equipo español de esquí seis años consecutivos y como tal compitió en el circuito de torneos de la copa de Europa de este deporte. En el 2002 fue campeón de España en eslalon

"Mi aliciente como veterano es ver si soy capaz de hacer lo que hacía antes, de estar al 100%"

Apartado por completo del esquí durante años, Camilo López Anglada recuperó el contacto con este deporte hace cuatro años, cuando le ofrecieron trabajar como monitor en Manzaneda. Aquel primer año no nevó prácticamente nada, así que de monitor no trabajó gran cosa, pero participó en una competición en Pajares. «Disfruté como un niño -recuerda-, casi con los nervios de mi primera competición».

-Y después de todo, ahora vuelve a competir.

-Sí, como veterano. Aquella vez en Pajares me lo pasé muy bien. Saliendo de último, quedé segundo en la primera manga y al día siguiente gané. Y el esquí no es como cualquier otro deporte, que el terreno de juego está siempre igual. Si esquías y no sales en los primeros puestos te vas a encontrar la pista deteriorada y es mucho más difícil hacerlo bien. Después de aquello pensé en correr una vez al año para no perderlo de todo y lo estoy haciendo.

-Y con buenos resultados, que en el 2016 ganó el campeonato de España de veteranos.

-Sí. Y aprovecho para decir que en los premios anuales del deporte de Monforte que organiza el Ayuntamiento no hay una categoría para veteranos. Y no estaría mal que la hubiera.

-¿Este invierno competirá?

-El material que tengo está en las últimas, porque desde 1990 que gané en Andorra y el premio eran unos esquís no me he comprado ningunos más. Creo que una marca me va a proporcionar material nuevo a través de una tienda de Vigo para que los use en competición, así que sí correré. Mi aliciente es ver si soy capaz de hacer lo que hacía, de estar concentrado al 100% desde la primera bajada, de reaccionar en menos de un segundo