La declaración de BIC toma cuerpo sin tener en cuenta al sector vitícola

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Carlos Rueda

El consejo regulador marca distancias con la anunciada protección de los viñedos

12 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La historia interminable de la propuesta de declaración de Ribeira Sacra como Patrimonio de la Humanidad vuelve a dar señales de vida. Con ella regresa la inquietud al sector vitícola, que podría ver cómo más de 700 hectáreas de viñedo pasan a tener el mismo nivel de protección patrimonial de un monumento. En público, nadie quiere abanderar el rechazo a una candidatura que daría mayor proyección internacional a la zona. Pero en privado arrecian las críticas por la falta de información sobre las posibles consecuencias de la declaración de BIC.

Numerosas instituciones se sumaron a la campaña de recogida de firmas que se inició en el año 2013, cuando las diputaciones de Lugo y Ourense se decidieron a relanzar la candidatura de Ribeira Sacra para obtener el reconocimiento de la Unesco. Entre los apoyos que se recabaron no está el del consejo regulador de Ribeira Sacra. No deja de resultar paradójico si se tiene en cuenta que la viticultura en bancales es el eje sobre el que se articula la propuesta de declaración de Ribeira Sacra.

Una ausencia llamativa

Consultado al respecto, el presidente de la denominación de origen, José Manuel Rodríguez, aclara que no pueden firmar algo cuya repercusión desconocen. Hasta la fecha, nadie explicó a los representantes de bodegueros y viticultores lo que supondrá para su actividad el expediente de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), que según confirmó el propio presidente de la Xunta se pondrá en marcha este verano. Mientras no se aclare esa cuestión, el consejo regulador prefiere mantener una prudente distancia con respecto a la candidatura.

La catalogación como BIC, paso previo e imprescindible para solicitar la declaración de Patrimonio de la Humanidad, afectaría a trece municipios y sesenta parroquias acogidas a la denominación de origen Ribeira Sacra. Al menos eso se desprende del informe que encargó el anterior Valedor do Pobo para avalar la candidatura y que fue entregado a la Consellería de Cultura hace dos años. Entonces se produjo algún contacto con el consejo regulador, entre otras cosas porque los expertos se habían olvidado de incluir en la propuesta O Bibei. Pero nunca existió un diálogo propiamente dicho sobre el coste y las ventajas de la declaración de la Ribeira Sacra como bien mundial.

La inquietud del sector responde a las consecuencias que podría tener la declaración de BIC sobre la construcción de nuevas pistas, el tipo de materiales autorizados en obras y acondicionamiento de viñedos, o la instalación de montacargas en zonas de bancales. Hasta la fecha, bodegueros y viticultores no recibieron ninguna indicación al respecto. También se desconoce si las exigencias derivadas del nuevo régimen de protección tendrán como contrapartida algún tipo de ayudas específicas.