La carretera Seoane-Pedrafita necesita vigilancia geológica permanente

Carlos Cortés
CARLOS CORTÉS MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

roi fernández

Aunque los especialistas no aprecian riesgo de derrumbe inminente

26 ene 2017 . Actualizado a las 16:35 h.

Un desprendimiento de gran magnitud en la carretera que une O Courel con Pedrafita es posible, pero no probable. Esa es la principal conclusión del estudio geológico elaborado sobre la ladera que amenaza dos carreteras y una casa en las cercanías de Seoane do Courel. La Diputación está haciendo obras estos días en las dos carreteras afectadas, pero solo de mantenimiento y reparación de los daños que sufrieron el año pasado cuando aparecieron las grietas que levantaron la alarma.

Las grietas se formaron a finales de febrero y los primeros informes técnicos confirmaban que no se trataba de un problema de sustentación de las carreteras, sino de la propia estabilidad de la ladera del monte en la zona de Piñeira. Había peligro de que se viniese abajo la ladera entera. De ocurrir esto, el corrimiento de tierras no solo se llevaría por delante la carretera que une Seoane con Pedrafita y la de Seoane a Esperante, sino también una casa situada monte abajo. Diputación, Xunta y Subdelegación del Gobierno llegaron a sopesar la posibilidad de cortar al tráfico la carretera de Seoane a Pedrafita, pero acabaron por desechar esa posibilidad porque no había evidencia de que el peligro de derrumbe fuese inminente.

Las administraciones públicas decidieron entonces encargar un estudio geológico detallado que analizase la situación de esta ladera. El trabajo quedó terminado el pasado mes de noviembre y ya está en poder de la Diputación. Sus autores confirman que esa zona es inestable «por la pendiente, la composición del terreno y la distribución de los estratos geológicos». Esa inestabilidad se agrava cuando las capas del subsuelo situadas más cerca de la superficie se saturan de agua después de episodios de lluvia intensa.

Los geólogos que revisaron la zona aseguran que «dada la complejidad del problema, no es posible predecir los movimientos a los que puede dar lugar esta inestabilidad, ni en magnitud ni en frecuencia». Lo más recomendable, concluyen, es llevar a cabo «un control topográfico continuado de los movimientos que se sigan produciendo». De esta manera, sería posible obtener más información útil y «avisar con antelación sobre posibles aunque poco probables deslizamientos de gran magnitud».

En vista del contenido de este informe, la Diputación llevará a cabo inspecciones periódicas en la zona. Y a corto plazo los responsables del departamento de carreteras del organismo provincial han decidido empezar unas obras en la zona para corregir los desperfectos provocados por los movimientos de tierra del pasado mes de febrero. Los trabajos, que están en marcha estos días, incluyen una nueva pavimentación de las dos carreteras en este tramo y el afirmado con hormigón de la base de la cuneta de una de ellas, la que lleva al cámping de Esperante y a la estación biológica.

«Estamos máis tranquilos», dicen los dos vecinos de la única casa afectada

El matrimonio formado por Antonio Jato y Eulalia del Moral vive en una casa construida hace quince años en la ladera de Piñeira, entre las dos carreteras en las que el año pasado aparecieron las grietas. Hace un año estaban asustados y preocupados ante la perspectiva de tener que dejar su casa. Hoy esa posibilidad parece más remota y ellos aseguran sentirse «máis tranquilos».

El año pasado habían aparecido grietas en el terreno en diferentes puntos alrededor de su casa. La vivienda parecía segura, pero los movimientos de la ladera llegaron a doblar un almacén construido al lado de la casa que utilizaban para guardar herramientas.

Manuel Jato llegó a vaciarla ante la perspectiva de que acabase cayendo. Sin embargo, la caseta sigue en pie, aunque igual de deformada que hace un año. Nadie se ha dirigido a ellos para contarles el resultado del informe geológico, pero en los últimos meses todo ha estado tranquilo y ellos ya no piensan en dejar su casa.

«Estamos asentados aquí»

«Estamos asentados aquí -explica Antonio Jato- e pensamos que de ningunha maneira imos ter que marchar». Él espera que las obras que están haciendo en la cuneta de la carretera de Esperante ayuden. «Esa estrada non estaba ben asentada, no seu momento construírona de calquera maneira», asegura.