«Quien lea mi novela percibirá que me he enamorado de la Ribeira Sacra»

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNÁNDEZ

La escritora Dolores Redondo presentó en Sober y Monforte la edición gallega de su libro galardonado con el Planeta

28 dic 2016 . Actualizado a las 21:46 h.

Sober y Monforte fueron escenarios de la presentación de Todo isto che darei, la traducción al gallego de la novela con la que la escritora Dolores Redondo ganó el último premio Planeta. Por la mañana la autora dio una rueda de prensa en la Casa Grande de Rosende, un edificio que aparece fotografiado en la portada de la edición gallega del libro. En el acto participaron el editor Manuel Bragado y el alcalde Luis Fernández Guitián. Por la tarde, tras firmar en el libro de oro del Ayuntamiento de Monforte -donde fue recibida por el alcalde José Tomé-, ofreció una presentación pública en el Centro do Viño da Ribeira Sacra.

Durante la visita, la escritora dijo que empezó a idear la trama de Todo esto te daré cuando trabajaba en su novela El guardián invisible, publicada en el 2013. El escenario geoográfico no estaba aún decidido, pero por ciertas características del relato tendría que situarse en Andalucía o Galicia. Finalmente decidió que la Ribeira Sacra era el territorio idóneo para su nueva novela y haberlo descubierto -afirmó- le parece una «inmensa suerte». El interés que le despertaron estas tierras, a su juicio, resulta muy patente en esta obra. «Cualquiera que lea la novela percibirá que me he enamorado de la Ribeira Sacra», afirmó

Dolores Redondo expresó por otra parte su deseo de que esta novela mueva a muchos de sus lectores a visitar la Ribeira Sacra, como sucedió con el valle navarro de Baztán, escenario de sus tres anteriores obras. «En Baztán empezó a ir gente a preguntar por los lugares que aparecen en las novelas y gracias al flujo de visitantes incluso se han podido abrir algunos pequeños negocios», explicó. La novelista añadió que un efecto de este tipo depende de que haya «una comunión entre el libro y los lectores» y no de la voluntad del autor.

Sin continuación

La escritora señaló asimismo que sigue visitando con frecuencia la zona y descubriendo cosas nuevas en ella, pero que no tiene previsto escribir una segunda o una tercera parte de Todo esto te daré a semejanza de lo que hizo con su trilogía de Baztán. «Hay muchos lectores que me lo dicen, pero esta novela fue pensada para que fuese una sola entrega», puntualizó. «Lo que no descarto es escribir más historias ambientadas en Galicia», concluyó.

Un territorio que puede transmitir una«sensación de orgullo»

En su visita a Sober, Dolores Redondo aclaró que tiene raíces familiares en Galicia, pero que éstas no se encuentran en la Ribeira Sacra sino en la costa. Quien le hizo descubrir este territorio fue su hermana, que reside en él desde hace tiempo. La escritora recuerda que su primera visita fue a la localidad de Belesar y dice que ya entonces empezó a pensar en la posibilidad de utilizar esta zona geográfica como escenario de una novela. El trabajo de documentación -que comprendió numerosos viajes a la Ribeira Sacra- le llevó unos seis años.

Redondo explicó por otra parte que la elección del escenario tiene una gran importancia en sus obras, ya que pretende «que el territorio dote de fondo a los personajes» y para ello tiene que reunir una serie de requisitos, como los valores arquitectónicos y un cierto aspecto místico. «El poder espiritual de una zona es importante es mis novelas», apuntó a este respecto.

Por otro lado, la novelista dice haber hallado en la Ribeira Sacra otro factor que considera de gran valor para sus historias: «El orgullo de las personas que han decidido vivir en un lugar que a lo mejor no es el más fácil y que incluso puede parecer hostil o peligroso, y que luchan por sacarlo adelante contra viento y marea». Este carácter, a su parecer, es lo que ha creado los paisajes vitícolas del Sil y del Miño y lo que ha permitido que los vinos de la Ribeira Sacra alcanzasen el prestigio del que gozan hoy. «Da una sensación de orgullo ver que hay gente que sigue trabajando las viñas en esos lugares tan difíciles», resumió