Entre el Atlántico y el Mediterráneo sin salir de Quiroga

Carlos rueda / francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Lugares de gran valor paisajístico e histórico se suceden en una interesante ruta de seis kilómetros

08 ago 2017 . Actualizado a las 13:36 h.

Un sencillo recorrido de poco más de seis kilómetros, en torno al cauce del río Quiroga, permite conocer un interesante conjunto de parajes de valor paisajístico, histórico y etnográfico. La ruta discurre por una zona donde es muy patente la mezcla de las influencias bioclimáticas atlántica y mediterránea, y que por ello posee una rica y variada vegetación en la que los árboles típicos de las zonas de ribera se alternan con alcornoques y madroños.

El recorrido empieza a unos seiscientos metros del lugar de Barreiro, en una carretera que lleva a Cruz de Outeiro. Una pista asfaltada que arranca a mano izquierda del vial, con señales que indican la dirección de los lugares de A Ponte y Casa do Vello, es el punto de partida de la ruta. La primera parada está en A Ponte, donde se puede contemplar una interesante construcción de tipo de casa solariega, con una capilla adosada al mismo edificio. Se da la circunstancia de que el vial pasa bajo un arco de sillería y un corredor que forma parte de la propia vivienda.

Dos antiguas ferrerías

Seguimos el recorrido a lo largo de unos 150 metros hasta llegar al lugar de A Rodela. Al borde del camino se encuentra la antigua vivienda de los administradores de la ferrería que lleva este mismo nombre. A pesar de su abandono y su avanzado estado de ruina, todavía conserva signos de la grandeza y la nobleza que tuvo en tiempos pasados. La ferrería propiamente dicha se encuentra al otro lado del camino, a orillas del río Quiroga. Fue una de las industrias siderúrgicas artesanales más importantes que tuvo la comarca. Aunque está muy deteriorada, se conserva una buena parte de sus estructuras originales. A unos setecientos metros río arriba, en la orilla opuesta, se encontraba la ferrería de Quintá, de la que no quedan restos. Solo se mantiene en pie la vivienda de los antiguos dueños, que actualmente está habitada.

En el el kilómetro cuatro de la ruta, nada más cruzar un puente sobre el río Quiroga -conocido por Ponte do Chao do Toxo-, nos encontramos con una bifurcación. La pista de la izquierda lleva hasta la aldea abandonada de Barxas, situada a un kilómetro y medio y rodeada por un extenso souto de castaños. En este lugar se puede ver la mayor concentración de alcornoques y madroños de toda la zona.

Merece la pena una visita a este espacio natural, situado en un entorno de gran belleza. No resulta tan grato ver el estado actual de las viviendas de la aldea, ya que una gran parte de ella está en ruinas y el resto no tardará mucho tiempo en correr la misma suerte si nadie lo remedia.

Hay que tomar el ramal de la derecha, en dirección a la aldea de Casa do Vello. El camino, una simple pista de tierra, empieza a tomar algo de altura y ahora discurre por la margen derecha del río Quiroga. Durante los dos kilómetros que restan para llegar a la aldea, la vegetación pasa a ser de transición y con predomino de las variedades atlánticas, donde el castaño empieza a tener protagonismo.

Arquitectura tradicional

La aldea de Casa do Vello se encuentra en el kilómetro seis de la ruta. El abandono que sufre está antigua población también es notable, pero el lugar todavía conservan importantes muestras de arquitectura popular, con vistosos y amplios corredores y balcones de madera que cuelgan sobre el vacío. En tiempos recientes fue rehabilitada una vivienda, en la que vive una familia, que mantiene el lugar en un estado más o menos aceptable.

De Casa do Vello parten dos caminos. Uno de ellos conduce hasta la aldea de Besarredonda pero hoy en día está invadido por la maleza se encuentra intransitable. El otro se dirige a Pacios da Serra y en tiempos fue la principal vía de comunicación que unía este pueblo con Quiroga. Pero en la actualidad también se encuentra cerrado por la maleza.

Desde quiroga

Hay que salir de la capital del municipio por la carretera que lleva a Campos de Vila. En el kilómetro 3,7 es preciso torcer a la derecha por un vial asfaltado que lleva a Cruz de Outeiro y A Seara. A los seiscientos metros hay un nuevo desvío, esta vez a la izquierda, hacia A Ponte y Casa do Vello. Este es el punto de inicio de la ruta