La Audiencia dice al juez de Sarria que llamar sinvergüenza no es una amenaza

José Fernández LUGO

LEMOS

No hay que confundir insulto con amenaza, dice el alto tribunal de Lugo

26 nov 2016 . Actualizado a las 20:39 h.

No hay que confundir insulto con amenaza. Llamarle sinvergüenza a alguien, no tiene connotaciones amenazantes. Así lo advierte la Audiencia Provincial de Lugo que tumbó una sentencia del juez de Sarria que había condenado a un hombre a una multa por considerar que había amenazado a unos vecinos por las desavenencias que tenían por un camino.

El hombre condenado había llamado a sus vecinos «sinvergüenzas y perros de mala madre». Y por eso no puede ser condenado por amenazas. Así lo entendió su abogado que formuló el correspondiente recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Lugo.

«Las palabras dirigidas por él (se refiere al condenado) son claramente insultantes o injuriosas, pero no constituyen una amenaza, ya que este tipo penal necesariamente ha de conllevar la advertencia de causar un mal a quien se dirijan las expresiones amenazantes aunque este mal, en el ámbito de las faltas, lo sea de escasa entidad», dice el autor del fallo que hizo público el alto tribunal lucense. Advierte el hombre ahora absuelto que sus expresiones no fueron más que insultos, «pero no constituyen amenaza ninguna de causar un mal, ni siquiera mínimo, por lo tanto no pueden ser entendidas como punibles como injurias y tales injurias leves están despenalizadas».

También habían recurrido la sentencia los vecinos del hombre que fue absuelto y que también fueron condenados por amenazas. Sin embargo, en este caso la Audiencia estima que sus expresiones de «sinvergüenza, te vamos a partir la cara, que nos comiste el camino, qué más quieres» y las declaraciones de los agentes de la Guardia Civil de que tenían intención de pegar a su convecino sí que revelan una clara actuación amenazante «que está correctamente tipificada por la sentencia impugnada». Finalmente, las dos personas fueron condenadas a pagar una multa que fue reducida a menos de la mitad en relación a la que había impuesto el juzgado instructor. El enfrentamiento entre los tres vecinos ocurrió en la tarde del 8 de marzo del año 2013.