Peregrinos del «Cavino» de Invierno

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ENRIQUE LÓPEZ

La ruta que cruza la Ribeira Sacra entra en un circuito de enoturismo que incluye los caminos Francés y de Levante

11 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

De las siete etapas en que se divide el Camino de Invierno, cinco atraviesan territorios de larga tradición vitícola. Desde Ponferrada, donde comienza esta ruta, hasta las estribaciones del monte Faro, entre Chantada y Rodeiro, es un viaje a través del viñedo. Primero en los valles del Bierzo y Valdeorras, y más adelante entre los bancales de la Ribeira Sacra. «O Camiño de Inverno é ante todo un camiño do viño», dice el escritor monfortino Antón Lopo.

No es una idea que haya calado en ese sector, aunque hay alguna excepción. El Camino de Invierno, el Camino Francés y el Camino de Levante -que enlaza en Zamora con la Vía de la Plata- son las escalas del Cavino, un proyecto turístico que propone adentrarse en el mundo jacobeo a través de sus diferente vinos.

El Cavino es una iniciativa de Enrique López, autor del libro Te cuento un vino y del blog que lleva el mismo nombre. «Soy un enamorado del Camino de Santiago, lo he hecho cuatro veces. Así nació el Cavino. La idea de incorporar el Camino de Invierno surgió hace dos años, cuando, conocí la Ribeira Sacra. Al ver el paisaje tuve claro que una etapa tenía que pasar por allí», explica. La experiencia consiste en compaginar seis etapas de tres caminos distintos con visitas a bodegas de Rioja, Ribera del Duero, Toro, Bierzo y Ribeira Sacra.

Bonitas y no muy duras

En esta última denominación de origen, los peregrinos recorren la etapa del Camino de Invierno entre Diomondi y el pueblo de Belesar. La visita posterior es a la bodega Vía Romana, situada al pie de esta ruta en el tramo que va de Belesar a Chantada. «Buscamos etapas que resulten bonitas y no muy duras. Todas acaban en una bodega. Suelen rotar cada año, pero Vía Romana será fija», dice Enrique López. Al preguntarle el porqué, no duda en la respuesta: «Todo el mundo dice que la Ribeira Sacra es el sitio más bonito del mundo. El que hace esa etapa queda enamorado de la zona».

El Camino de Invierno se incorporó al Cavino a modo de pruebas el pasado año. Y la ruta que discurre por la Ribeira Sacra fue la que tuvo más éxito entre los visitantes, que se desplazan en autobús para realizar las diferentes etapas. Los otros recorridos son Logroño-Navarrete, Burgos-Tardajos, Villafranca del Duero-Toro, Ponferrada-Cacabelos y Lavacolla-Santiago. Además de Vía Romana, en Chantada, los peregrinos del Cavino visitarán en los recorridos programados para este año las bodegas Eguren Ugarte (Rioja), Portia (Ribera del Duero), Divina Proporción (Toro), y Godelia (Bierzo).

Juan Luis Méndez, gerente de Vía Romana, tiene claro que el Camino de Invierno, tras su reconocimiento oficial, puede ser un nuevo acicate para la promoción del turismo del vino en la Ribeira Sacra. «Estoy seguro de que le dará un empujón a la zona. Sobre todo porque ampliará su lanzamiento internacional, que es algo que hasta ahora llevó en solitario el sector del vino», opina el bodeguero. Por su parte, el presidente del consejo regulador, José Manuel Rodríguez, alude a la importancia de participar por partida doble en las rutas jacobeas. «A denominación xa se beneficia do paso do Camiño Francés. Co de Inverno hai unha nova oportunidade de darlle publicidade á Ribeira Sacra, que cada día atrae a máis turistas».

«La peregrinación ya no es solo algo espiritual. También tiene un lado lúdico y la relación entre el Camino de Invierno y el vino está ahí», apunta Aida Menéndez, presidenta de la Asociación Camiños a Santiago pola Ribeira Sacra. En esa línea, considera primordial asociar esta ruta jacobea a los monasterios de la Ribeira Sacra. «La romanización pudo ser muy importante, pero la proyección industrial del vino se debe a ellos», precisa.