El valor catastral sigue como hace treinta años en cuatro municipios

Luis Díaz
Luis díaz MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

alberto lópez

O Saviñao, Quiroga y Ribas de Sil son los que más se acercan a los precios reales

20 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Solo Bóveda y Taboada solicitaron en el sur de la provincia al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas la revisión de los valores catastrales en el 2017. Bóveda es uno de los cuatro municipios de la zona que aplica a los bienes inmuebles la misma tasación que hace casi treinta años. Los baremos que sirven de referencia para el IBI datan en esos casos de 1989. Y así seguirán al menos por el momento en Sober, Pantón y Folgoso do Courel. Taboada aplica valores del 2001, pero la situación de las cuentas municipales aconseja dar otra vuelta de tuerca en la contribución.

El peso de los ingresos por el IBI en las economías municipales es determinante. O Saviñao, uno de los municipios que se acogieron en los últimos años a las revisiones catastrales, constituye un buen ejemplo. En el 2008, la recaudación por ese concepto ascendía a 391.000 euros anuales. Como consecuencia de la puesta al día de la contribución, los ingresos se sitúan actualmente en torno a los 800.000 euros.

O Saviñao es uno de los municipios donde el valor catastral está más cerca que el precio de mercado de los inmuebles. El baremo sobre el que se aplica el coeficiente del IBI data en ese municipio del año 2004, según los datos del Ministerio de Hacienda. Los más recientes entre los concellos del sur de Lugo son del 2007 y corresponden a Quiroga y Ribas de Sil.

¿Se conforman los municipios que mantienen valores del año 1989 con una menor recaudación? No necesariamente. Los ingresos también dependen en buena medida de su dinamismo económico. Sober, por ejemplo, mantiene un nivel de ingresos «suficientes» -en palabras del alcalde- gracias a los barridos de propiedades que no estaban dadas de alta, o que no cotizaban por su verdadera actividad, que ha promovido el Catastro en los últimos años.

Abundante picaresca

Antes de esa revisión, la picaresca tributaria motivaba que algún negocio de hostelería ubicado fuera del nucleo de Sober pagase 6 euros anuales en concepto de IBI. El proceso se cerró, no obstante, con alrededor de 500 reclamaciones, una cifra más que significativa para un municipio de algo más de 2.000 habitantes. «Tamén hai xente que agradece estas revisións, porque son a maneira de poñer ao día propiedades que non estaban regularizadas», señala el alcalde, Luis Fernández Guitián.

Los baremos de referencia para el IBI de A Pobra do Brollón, Chantada y Carballedo también datan de 1989, pero en esos casos desde entonces se realizaron modificaciones parciales para adecuarlos al precio de mercado de las propiedades.

Los barridos del Catastro motivaron 2.700 altas en Sober y 3.000 en Pantón

El barrido de propiedades que realizó en los últimos tres años en Monforte la empresa que tiene adjudicada la recaudación municipal en período ejecutivo propició que saliesen a flote mas de 2.000 propiedades que con anterioridad no pagaban el impuesto de bienes inmuebles. En otros municipios del sur de la provincia, esa criba corrió a cargo del propio Catastro a través de subcontratas. Pese a las diferencias de población, los datos resultan igualmente llamativos.

En Sober, por ejemplo, salieron a relucir 2.700 propiedades que no figuraban hasta entonces en el padrón del IBI. Obviamente, no todas las altas fueron viviendas. La revisión impulsada por el Catastro permitió localizar en este caso en torno a 2.000 ampliaciones de inmuebles que estaban obligadas a tributar, pero que antes no lo hacían.

La puesta al día del censo del IBI se saldó en Pantón con más de 3.000 nuevas altas, que al igual que en Sober procedían en un porcentaje muy elevado de ampliaciones o nuevos usos en edificaciones situadas en las parroquias del municipio.

Importante desfase

Son cifras que ilustran el «desfase» constatado por el Catastro e en la gestión del IBI en muchos municipios, corregido solo parcialmente con las medidas recaudatorias que impulsó la crisis. «As revisións fixeron que moita xente viñese aos concellos para preguntar como tiñan que facer para poñer as cousas en orde», dice José Manuel Arias, alcalde de Bóveda, uno de los municipios que pidió la actualización de valores en el 2017.