Una ciudad que contó para el ciclismo

luis conde MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

roi fernández

El trabajo de la peña local, que se creó en 1983, clave para promocionar este deporte

26 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Peña Ciclista de Monforte fue la gran impulsora de este deporte en la comarca de Lemos. Este colectivo nació en el año 1983 de la mano de Emilio Cuesta, que ejerció de presidente, y de José Mourelo, que fue su secretario, y mantuvo su actividad hasta principios de la pasada década. La imposibilidad de contar con recursos económicos suficientes para que los corredores locales compitieran en las mismas condiciones que sus adversarios acabaron por enterrar a la peña. No obstante, sus últimos directivos cedieron el testigo al Club Ciclista Monforte, que representa a la ciudad en los distintos campeonatos.

Otra de las personas que más trabajó por esta peña fue Antonio Prado, que tomó el mando a mediados de los noventa. Tanto él como Cuesta recuerdan con emoción las reuniones que se celebraban en el antiguo bar Alameda, a las que acudían muchos aficionados y corredores. Eran otros tiempos.

Con la peña Monforte empezó a contar en el calendario gallego y nacional. Se instauraron la Subida a San Vicente, el trofeo de las Patronales y otras pruebas -en todas la participación superaba los cien deportistas-. No obstante, las dos primeras fueron top, ya que en ellas participaron corredores de la talla de Óscar Pereiro -su primer trofeo lo ganó en Monforte-, Álvaro Pino, Marcos Serrano y Blanco Villar, entre otros. Esta promoción y dedicación al ciclismo le sirvió a la peña local estar representada en la federación gallega.

«Fundamos la peña, porque aquí había muchos aficionados al ciclismo, y pretendíamos aglutinarlos a todos en un equipo. Recuerdo que los estatutos de nuestro colectivo los elaboró en Ourense el notario monfortino Luis Moure Mariño», señala Emilio Cuesta.

Fueron años de crecimiento para el ciclismo local gracias a la labor de la peña. Emergieron con fuerza corredores de la talla de Fabas, Quico, Arnaiz, Gallego, Beni, Nervi y Rafa. En este último se depositaron muchas esperanzas, y demostró su categoría, pero finalmente no tuvo continuidad. «Trabajamos mucho por la promoción del ciclismo. Hay que darse cuenta de que por Monforte pasaron algunos de los mejores equipos nacionales, y muchos corredores tuvieron su bautismo de fuego aquí», señala Antonio Prado.

La necesidad de generar recursos para organizar estas carreras en Monforte hizo agudizar el ingenio a sus directivos. «Nosotros fuimos los que instauramos el cartel con anuncios. Las casas comerciales nos daban 100, 500 y 1.000 pesetas, y así cubríamos el presupuesto», añade Prado.

Los días antes de las pruebas eran intensos. «Recuerdo que el 14 de agosto nos íbamos de madrugada a marcar el circuito del trofeo de las fiestas y barrer la gravilla y no regresábamos casi hasta el amanecer», asegura el expresidente de la peña.