Un paseo entre túmulos megalíticos

carlos rueda, francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Entre O Incio y Samos discurre una ruta de gran interés paisajístico y arqueológico

13 jul 2016 . Actualizado a las 13:20 h.

En los límites de los municipios de O Incio y Samos discurre una ruta de senderismo de especial interés paisajístico y arqueológico. Este itinerario de 8,3 kilómetros por la sierra de O Edramo permite visitar dos conjuntos de túmulos megalíticos -Santa Mariña y San Valentín- y los castros de Formigueiros y A Margarida, además de otros parajes de gran atractivo.

El punto de inicio se halla entre las localidades de Santa Cristina do Viso y San Miguel, en una pista de tierra que asciende al monte de Santa Mariña. Después de recorrer una distancia de 1,4 kilómetros aparece a la derecha un camino que se interna en una zona de monte comunal. A unos quinientos metros a la derecha de este camino hay un conjunto de petroglifos, grabados en dos rocas muy próximas entre sí. En total hay una veintena de diseños.

Después de visitar este paraje, regresamos a la pista principal y seguimos ascendiendo por el monte hasta el kilómetro 2,3. En este punto se encuentra la necrópolis de Santa Mariña, que goza de la categoría de bien de interés cultural. Entre 1992 y 1993 se realizaron en el lugar algunas catas arqueológicas y se catalogaron cerca de cuarenta mámoas, pero desde entonces no se llevaron a cabo nuevas investigaciones en este importante conjunto.

Un lugar legendario

Justo en este punto arranca a mano izquierda un camino que además de conducir a las mámoas también lleva a la Pedra do Tempo, situada a unos cien metros. Se trata de una gran losa de pizarra que -según la tradición local-, cuando era mantenida en posición vertical con la ayuda de otras piedras, hacía que dejase de llover. Cuando era tumbada en el suelo volvían las lluvias.

Seguimos avanzando por la pista principal a lo largo de unos setecientos metros hasta salir a una carretera que une el valle del río Mao con Sarria. Cruzamos el asfalto para retomar, justo enfrente, una pista de tierra que nos llevará por la cumbre de la sierra de O Edramo. Al cabo de unos seiscientos metros aparece a la izquierda un camino que sube al castro de Formigueiros, situado a unos cien metros. Este asentamiento, en el que se realizaron excavaciones hace años, destaca por un extenso y complejo sistema defensivo formado por varias plataformas, parapetos y fosos, además de estar reforzado en todo su perímetro por una muralla que alcanza los seis metros de altura en algunos tramos.

Otro conjunto de mámoas

Continuamos el recorrido por la pista principal y en el kilómetro 4,3 tenemos la siguiente parada. A la derecha del camino hay un mirador natural que ofrece unas excelentes vistas del valle del Mao. Unos seiscientos metros más adelante, a la izquierda de la pista, se encuentra el campo de mámoas de San Valentín. Aquí se catalogaron varios túmulos, pero solo dos son visibles.

En el kilómetro 5,3 aparece a la derecha un camino que lleva al área recreativa de As Fontes y baja hasta el valle del Mao. Seguimos caminando otro medio kilómetro hasta llegar a la altura de otro camino que sale a la izquierda y que lleva al mirador de Pena Branca, en el lugar de O Castelo. Son unos 450 metros de caminata hasta el mirador, pero merece la pena acercarse hasta él para disfrutar unas amplias vistas de la villa de Samos y su entorno. En el horizonte se distingue el casco urbano de Sarria.

Más adelante, a 1,3 kilómetros del desvío al mirador, hay otra mámoa a la que se accede por un corto camino que sale a nuestra izquierda. Avanzando otros ochocientos metros más por la pista principal y tomando un sendero que arranca a la izquierda -de unos cuatrocientos metros- llegaremos al castro de A Margarida, cubierto por la vegetación

La ruta finaliza en el kilómetro 8,3 a la altura de la carretera que comunica Samos con los valle del Mao y el Lóuzara.

Hay que salir de A Cruz do Incio por la carretera de Rendar y Oural. En el kilómetro 6,4 hay un cruce de carreteras, donde nos desviamos a la derecha hacia Santa Cristina, situada a novecientos metros. Luego hay que torcer a la izquierda por la carretera que lleva a San Miguel y Buxán y seguir por ella unos cuatrocientos metros, hasta una pista de tierra que sale a la derecha de este vial