Ribeira Sacra, una candidatura «en el limbo»

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Se cumplen veinte años de la entrada de la zona en la lista de aspirantes a obtener la declaración de Bien Mundial

17 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ribeira Sacra dio sus primeros pasos como aspirante a la declaración de Patrimonio de la Humanidad en 1996. Dos décadas después, es una candidatura en la escalera. No se sabe si sube o si baja. Aunque pueda resultar paradójico, existe y no existe. En los últimos años se produjeron avances para formalizar la propuesta ante la Unesco. Fue creada una comisión de seguimiento -formada por las diputaciones de Lugo y Ourense y el consorcio de turismo- y se encargó un informe a un grupo de expertos -coordinado por el anterior Valedor do Pobo- para avalar la propuesta. Pero el trabajo no convence a la Xunta, que echa en falta mayor «concreción» en sus contenidos. Y sin documento completo no hay candidatura.

Así están las cosas desde la reunión que mantuvieron, el pasado mes de febrero, la directora xeral de Patrimonio y el alcalde de Sober, Luis Fernández Guitián, presidente a su vez del consorcio de turismo de la Ribeira Sacra. Patrimonio considera que el informe elaborado por un equipo interdisciplinar de expertos de la Universidade de Santiago debe ser completado porque no se ajusta «con exactitude» a las directrices de la Unesco para la presentación de candidaturas.

Aunque es ahora cuando se habla con más insistencia de las opciones de Ribeira Sacra para ser Patrimonio de la Humanidad, su candidatura es de las más antiguas inscritas en la lista indicativa española de bienes susceptibles de obtener esa declaración. La Xunta formuló la propuesta al Ministerio de Cultura en 1996. Seis años después pasó a formar parte de lo que los expertos en estas cuestiones denominan «limbo patrimonial». La Torre de Hércules, cuya candidatura se oficializó en el 2007, obtuvo solo dos años después el reconocimiento de la Unesco.

Situación absurda

Fernández Guitián informó a comienzos del pasado mes de abril a los alcaldes del consorcio de turismo de la situación de atasco en la que se encuentra la candidatura. Tras una etapa de efervescencia, el parón que sufre el proyecto ha sido acogido con indiferencia por los políticos. En un momento en el que comenzaba a hablarse de la superficie del territorio que pasaría a ser Bien de Interés Cultural (BIC), muchos ven como un respiro los reparos de al Xunta al informe de los expertos.

José Julio Fernández, anterior Valedor do Pobo, define la actual situación como «absurda y contraproducente». «Non sei quen quixo facer unha interpretación errónea, eses estudos non son o formulario da candidatura», declaró tras ser consultado al respecto por este diario.

Los expertos ponen el foco en Os Ancares y O Courel como posibles aspirantes

El noventa por ciento de los bienes españoles que obtuvieron la consideración de Patrimonio de la Humanidad están catalogados como lugares culturales. Esa saturación aconseja, a juicio de los expertos, abrir el abanico de las candidaturas a los espacios naturales. Un estudio publicado recientemente el Boletín de Geógrafos Españoles propone como posibles aspirantes al reconocimiento de la Unesco a Os Ancares y O Courel. De acuerdo con el baremo que utilizan los autores del trabajo, Os Ancares tendría incluso mejores perspectivas para obtener ese reconocimiento que la propia Ribeira Sacra.

En este último caso, la incidencia de una hipotética declaración sobre la superficie de viñedo parece empujar a los políticos a la prudencia. El reconocimiento de un territorio como Patrimonio de la Humanidad multiplica su atractivo para un turismo cultural. Pero también plantea importantes exigencias para los habitantes de ese lugar. Según los datos que se dieron a conocer antes de la paralización del proyecto, en la Ribeira Sacra se aplicaría el máximo nivel de protección -la categoría de BIC- a unos cuatrocientos kilómetros cuadrados de superficie.

Los retoques en el informe que debe servir de base a la candidatura deberán estar listos a finales de este año. Al menos ese es el compromiso que adquirió la Dirección Xeral de Patrimonio ante el consorcio de turismo de la Ribeira Sacra. Cuando concluya la revisión de ese documento, será el momento de hablar de nuevo de una candidatura que ha hecho correr ríos de tinta pese a no haber salido del limbo.