Un itinerario fluvial por los antiguos molinos del río Asma

CARLOS RUEDA, FRANCISCO ALBO MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

El molino de A Alameda está en la zona urbana
El molino de A Alameda está en la zona urbana

Varias construcciones tradicionales conforman un singular recorrido en Chantada

16 jun 2017 . Actualizado a las 18:58 h.

En los tres últimos kilómetros de su accidentado recorrido y antes de su desembocadura en el Miño, en tierras de Chantada, el río Asma atraviesa un bello y profundo valle cubierto de una vegetación variada y abundante, en la que destacan las formaciones de bosque autóctono y los viñedos que salpican las riberas. Pero además, sus aguas fueron aprovechadas para alimentar varios molinos que en tiempos conformaron unas importantes y florecientes industrias harineras de ámbito familiar. A estos lugares acudían numerosos vecinos de toda la zona para moler el grano, lo que los convirtió en conjunto en una notable fuente de ingresos económicos.

Hasta hace relativamente pocos años, estos molinos tuvieron una gran demanda. El señor Pepe, vecino del lugar de Tarrío, recuerda que hace varias décadas iba con frecuencia con un tractor y un remolque cargado de sacos de grano para moler, que dejaba en una caseta que se encontraba cerca de la carretera. Hacía este recorrido un par de veces por semana. Los molineros iban después este lugar a recoger los sacos y los repartían entre tres molinos, conocidos respectivamente como el de O Navego, O Lacón y O Xordo. El primero es el de mayores dimensiones y contaba con tres ruedas para moler, mientras que los otros molinos solo tenían dos, cada una con un uso diferente. «Unha delas utilizábase para moer o centeo e o pan e a outra para moer o millo», comenta el vecino.

Para moler azufre

Su familia también poseía en tiempos un molino que se encontraba por debajo del de O Lacón y que se accionaba con el agua procedente de la misma presa que la que servía a este último. Pero ese molino era muy diferente de los demás que se encuentran el la zona, ya que se empleaba solamente para moler azufre, un producto muy utilizado en aquellos tiempos para sulfatar las vides. De esta construcción no quedan hoy vestigios visibles, ya que una fuerte crecida que experimentó en cierta ocasión el Asma lo derribó y arrastró sus restos cauce abajo.

En la actualidad, los molinos que quedan en pie en este tramo final del río son el de O Lacón, el de O Xordo de Tarrío, el de O Olveda, el de O Cazarello y el de O Navego. Este último fue rehabilitado en tiempos recientes. Dentro del casco urbano de Chantada, por otra parte, está además el llamado molino de la Alameda, que fue rehabilitado en el 2007 por la escuela taller municipal y hoy está abierto al público como atractivo turístico. También es posible visitar los demás aunque con ciertas dificultades en algunos casos.

Acceso complicado

El recorrido empieza por el molino de O Navego, que se halla a unos 550 metros de distancia del punto de partido de la ruta. Más adelante, en un tramo de en torno a 250 metros, están los de O Cazarello y Olveda, que se encuentran hoy en muy mal estado de conservación. Acceder a ellos no es fácil en la actualidad, debido a la gran cantidad de maleza que invade el entorno, pero merece la pena intentarlo por la espectacularidad del lugar.

Para llegar al de molino de Tarrío hay que situarse en el kilómetro cuatro del mismo vial -la carretera LU-533 en dirección Monforte- y a unos cien metros antes del desvío que lleva a esta la localidad. Un sendero a la derecha de la carretera nos permite acceder al cauce del Asma y al molino, situado a unos ochenta metros.

Siguiendo por la misma carretera, tenemos varios desvíos por caminos y pistas que permiten llegar hasta las riberas y el cauce del Asma y llevar a cabo caminatas alternativas por sus márgenes, disfrutando de un peculiar paisaje fluvial en el que se suceden rincones de un espectular atractivo.

Hay que salir de la villa por la carretera LU-533 hacia Monforte. A unos 2,5 kilómetros sale un vial a la derecha para el lugar de Adaúlfe. Al cabo de unos 250 metros hay que dejar el asfalto y desviarse a la izquierda por una pista de tierra, por la que discurre el canal de derivación de la minicentral de la desembocadura del Asma