Entre viñas y aguas sulfurosas cerca del embalse de Belesar

carlos rueda, francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

El último tramo del río Pesqueiras, en O Saviñao, ofrece un interesante recorrido

20 jun 2017 . Actualizado a las 13:34 h.

El río Pesqueiras, en el municipio de O Saviñao, discurre por un entorno de gran belleza paisajística y con interesantes vestigios históricos en el último kilómetro de su curso, antes de desembocar en el Miño. Para iniciar este recorrido hay que situarse a la entrada de la localidad, a la que se accede por un puente de cantería y de posible origen medieval. En la margen derecha del río se halla el molino de A Ponte, uno de los dos harineros que había en el pueblo, en activo hasta hace unos pocos años. Este lugar debe su nombre a las antiguas presas construidas en el cauce del Miño para pescar anguilas. Son construcciones ya desaparecidas, en gran parte debido a la construcción del embalse de Belesar.

Pese a su reducido tamaño, la localidad conserva interesantes muestras de arquitectura popular de la zona. A la salida del pueblo arranca una pista de tierra que da acceso a los viñedos de esta zona y que finaliza en las proximidades del río Miño. Al cabo de unos 350 metros nos encontramos con una bifurcación. El vial de la izquierda lleva a Pesqueiras de Abaixo y finaliza junto a un camino que llevaba a un antiguo balneario conocido como Casa dos Baños. Otra opción es seguir de frente, sin desviarnos, y caminar durante 1,3 kilómetros hasta llegar a la altura del arroyo de Caldelas, conocido también por Preanes. De este punto sale un camino paralelo al arroyo, en sentido ascendente, que lleva hasta los restos del balneario, a unos cien metros.

Ruta opcional

La primera opción es posiblemente las más interesante, por lo que nos desviamos por el vial de la izquierda en dirección a Pesqueiras de Abaixo, que se halla a un centenar de metro. La vivienda de mayor tamaño de este lugar pertenece a la familia Fragua. A partir de aquí se puede seguir una ruta opcional, a través de algunos senderos que dan acceso a las viñas, para acercarnos hasta el cauce del río de Pesqueiras. En este tramo del río se pueden observar los distintos saltos de agua que forma al precipitarse por un terreno con grandes desniveles.

Retomamos la ruta para seguir por el camino principal y unas decenas de metros más adelante entramos en un bosque de robles en el llamado Monte do Grilo. Antes todo este monte era de viñas, según recuerda Teodoro Taboada, un vecino de Pesqueiras de 86 años. Pero a raíz de la construcción del embalse de Belesar, en 1957, Fenosa compró todos estos terrenos y las viñas quedaron abandonadas.

Unos doscientos metros más adelante, la pista de tierra finaliza a la altura de una viña. A la izquierda arranca el antiguo camino a la Casa dos Baños, estrecho y flanqueado por muros de piedra. Se puede recorrer en parte, pero en algunos tramos hay que salirse de él a causa de la maleza que impide el paso, y avanzar entre socalcos, bodegas abandonadas y antiguos viñedos. Son doscientos metros de difícil recorrido, pero merece la pena para poder llegar hasta las ruinas del balneario.

Aguas muy apreciadas

La Casa dos Baños de Fidalgo existió durante la primera mitad del pasado siglo y estaba situada en la parte baja de la aldea, cerca del Miño. Aprovechaba las aguas de un manantial de aguas sulfurosas, que eran muy recomendadas para las dolencias de la piel, el hígado y el aparato digestivo. Teodoro Taboada recuerda cuando venían a este lugar a tomar las aguas los vecinos de la propia parroquia, de Escairón y de los pueblos de la montaña, como Currelos y Chaves. Algunos paraban en la casa de su familia y otros se quedaban en el propio balneario, que tenía siete cuartos. En los años cuarenta él solía venir a buscar botijos de agua para una familia madrileña.

La Casa dos Baños cerró en 1957, cuando se empezó a construir el embalse de Belesar y Fenosa compró los terrenos. Pero hasta 1963, año en el que la presa empezó a funcionar, estuvo sirviendo de cantina para los obreros que trabajaron en la construcción de la gran central hidroeléctrica.Después quedó abandonada.

Desde Escairón

Hay que salir de la capital del municipio por el corredor rápido CRG-22. Pesqueiras se encuentra a una distancia de ocho kilómetros