Nuevas ayudas para investigar este año los yacimientos del Paleolítico

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ALBERTO LOPEZ

El plan arqueológico del sur lucense se puso en marcha en el valle de Lemos hace exactamente diez años

07 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando se cumplen diez años exactos de la puesta en marcha del plan de investigación de los yacimientos paleolíticos del sur lucense, la Universidade de Santiago -que coordina este plan arqueológico- recibió la confirmación de que contará con el apoyo económico de la Consellería de Educación e Cultura para seguir desarrollando este año los trabajos. El catedrático Ramón Fábregas, director del proyecto, puntualiza que por ahora solo hay una promesa verbal. «Non firmamos aínda o convenio, pero temos confianza en que se recibirá esa axuda, porque a Xunta xa nos prometera o seu apoio o ano pasado e cumpriu o seu compromiso», explica.

La subvención otorgada por la Xunta en el 2015 -de unos 30.000 euros- permitió que no se paralizasen los trabajos encuadrados en este proyecto, que se han venido desarrollando ininterrumpidamente desde abril del 2006, con sucesivas campañas anuales de excavaciones. Con anterioridad, el plan se había sostenido con ayudas del Gobierno central -primeramente del Ministerio de Ciencia e Innovación y después del de Economía-, pero los recortes presupuestarios y los atrasos en las convocatorias de las ayudas para investigación científica acabaron por cerrar esta vía de financiación.

Los responsables del proyecto, denominado «Ocupaciones humanas durante el Pleistoceno de la cuenca Media del Miño», consideran muy importante que los trabajos se sigan desarrollando de forma continuada para que los resultados científicos no se vean afectados y para eludir el riesgo de una paralización temporal o definitiva.

Excavaciones y laboratorios

El principal peligro -explican los investigadores- no es que haya que suspender los trabajos de campo, que desde hace tiempo se centran en las excavaciones del yacimiento de Cova Eirós, en Triacastela. Estas labores suponen la parte menos costosa del proyecto. Lo más problemático es que quedarse sin fondos durante un año obligaría a detener los trabajos de laboratorio -como las dataciones radiométricas, las pruebas estratigráficas y químicas o los análisis genéticos de restos fósiles-, que requieren un importante gasto y que resultan imprescindibles en una investigación de este tipo.

Las dificultades presupuestarias ya obligaron a reducir a un par de semanas la duración de las campañas anuales de excavaciones en Cova Eirós durante el 2013 y el 2014. El año pasado, gracias al ayuda concedida por la Xunta, fue posible recuperar el ritmo habitual y los trabajos se pudieron desarrollar a lo largo de un mes, en una campaña que resultó particularmente fructífera. Ramón Fábregas espera que este año las excavaciones puedan llevarse a cabo durante un período similar.

Estudios pendientes de publicación sobre fósiles humanos y pinturas rupestres

Además de continuar las excavaciones de Cova Eirós y los trabajos de laboratorio, los responsables del proyecto esperan que en los próximos meses se puedan publicar tres importantes estudios directamente relacionados con este proyecto de investigación. Dos de ellos giran en torno al conjunto de pinturas rupestres paleolíticas -el primero y hasta ahora único de Galicia- que fue descubierto en Cova Eirós en la campaña arqueológica del 2011 y que se dio a conocer en agosto del año siguiente. Uno de estos trabajos consiste en la datación por radiometría de estas manifestaciones artísticas. El otro estudio -a cargo de Marcos García-Díez, profesor de la Universidad del País Vasco- se refiere a los aspectos formales de las pinturas.

El tercer estudio pendiente de publicación consiste en un análisis genético comparativo de una serie de restos humanos prehistóricos encontrados por los arqueólogos que trabajan en este proyecto en los yacimientos de Cova Eirós y Valdavara -este último en el municipio de Becerreá-, con antigüedades que oscilan entre los 3.500 y los 5.000 años. En la investigación, que coordina la genetista Gloria González Fortes, se utilizan además otros fósiles hallados por investigadores del Instituto Universitario de Xeoloxía de A Coruña en los yacimientos de Pala da Vella -en el municipio ourensano de Rubiá- y Chan de Lindeiro o Cova do Uro, en la sierra de O Courel. Estos fósiles humanos no pertenecen al Paleolítico. Los tres primeros están datados en la etapa final del Neolítico y la Edad del Bronce. El tercero, de hace unos 9.000 años, corresponde al Mesolítico, un período de transición entre el Paleolítico y el Neolítico.

La secuenciación del ADN de todos estos restos humanos humanos ya quedó terminada hace tiempo. Los investigadores han estado después analizando e interpretando los datos obtenidos a fin de obtener conclusiones. El objetivo es determinar si los grupos humanos que vivieron en el noroeste ibérico en el Neolítico y la Edad del Bronce descienden genéticamente de los pobladores del Mesolítico o bien si proceden de una oleada migratoria muy posterior que pudo haber absorbido a los habitantes de épocas más antiguas.

Un proyecto que comenzó en Monforte y se amplió a Becerreá y Triacastela

La primera campaña arqueológica del proyecto -desarrollada en abril del 2006- consistió en una serie de prospecciones para localizar industrias líticas en la superficie del terreno que se llevaron a cabo principalmente en la depresión monfortina. El plan se puso en marcha a raíz de los hallazgos de numerosos artefactos paleolíticos realizados en los años precedentes por el investigador aficionado José Antonio Peña, vecino de Monforte.

Durante los años siguientes se localizaron en este municipio -y en algunos puntos de O Saviñao, Bóveda, Sober y Quiroga- cerca de un centenar de conjuntos de herramientas de piedra pertenecientes a los tres grandes períodos culturales del Paleolítico, los llamados Inferior, Medio y Superior. Uno de los más importantes es el del monte monfortino de Valverde, el primer yacimiento hallado en Galicia del período Solutrense, datado hace unos 20.000 años.

Otras zonas de estudio

Las recogidas de piezas líticas en el valle de Lemos terminaron en el 2009. A partir de ahí, los trabajos de campo se centraron en los yacimientos en cueva de Valdavara y Cova Eirós, donde las excavaciones empezaron en el 2007. En el primero de estos lugares, las operaciones sobre el terreno se dieron por cerradas en el 2013, tras haberse realizado numerosos hallazgos de gran valor. Las excavaciones de Cova Eirós son las únicas que siguen hoy en curso. Pero en los laboratorios continúa desarrollándose en la actualidad el estudio de los numerosos materiales y los datos obtenidos en todas estas zonas.