«En Monforte hay desidia con el legado del Paleolítico» 

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

En unos trabajos de jardinería, Peña realizó los primeros hallazgos que dieron pie al amplio proyecto arqueológico que se desarrolla en el sur lucense desde abril del 2006

16 ene 2016 . Actualizado a las 20:48 h.

En abril se cumplen diez años del inicio del proyecto «Ocupaciones humanas durante el Pleistoceno de la cuenca Media del Miño», coordinado por la Universidad de Santiago y centrado en el estudio de los yacimientos paleolíticos del sur lucense. El plan surgió de los hallazgos hechos por José Antonio Peña, vecino de Monforte desde 1986, aficionado a la arqueología y propietario de un negocio de jardinería.

-¿Antes de instalarse en Monforte, ya había tenido relación con los yacimientos paleolíticos?

-Sí, cuando vivía en Ribadeo. En esa época se proyectaba un polígono industrial en la parroquia de Vilaselán, donde se descubrió un yacimiento en 1957. Yo presidía una asociación vecinal y desde ella logramos parar el proyecto y salvar el yacimiento.

-¿Cómo fueron sus primeros hallazgos en Monforte?

-Fue en febrero del 2000 en la zona de A Gándara, haciendo un trabajo de jardinería. Para acondicionar un jardín utilicé un cargamento de tierra que procedía de las obras de ampliación del cementerio municipal. Con la tierra venían unas piedras que me llamaron la atención. Las lavé y vi que parecían lascas y núcleos. Sabía que en el valle de Lemos se había hecho algún hallazgo aislado mucho tiempo antes, como el de un hendedor en la parroquia de Distriz y un bifaz en Vilaescura, en Sober. Supuse que en la zona tendría que haber más materiales y me puse a examinar los aterrazamientos terciarios por si aparecían más cosas. Después encontré más útiles en una explanada que se abrió en unas obras en la zona de As Lamas.

-¿A quién avisó primero de esos descubrimientos?

-Llevé las piezas al entonces director del museo arqueológico de Vilalba, José Ramil Soneira, que vino también a Monforte, y entre los dos encontramos más piezas. También comuniqué los hallazgos a Patrimonio, pero no se les dio mucha importancia, quizá para que no se tuviesen que interrumpir aquellas obras. Los trabajos siguieron y al observar la tierra que removían pude recuperar más artefactos. Después seguí encontrando más en otras zonas del entorno de Monforte, hasta reunir más de trescientas. Todos estos hallazgos los hice en la superficie del terreno y los fui señalando en mapas topográficos.

-¿Qué pasó después?

-En unas jornadas de la Uned en A Coruña mostré los hallazgos a unos arqueólogos que no eran especialistas en el Paleolítico, pero que confirmaron el valor de las piezas. Como no había ninguna iniciativa, contacté con Manuel Santonja, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, que me pidió fotos y dibujos de las piezas. Él envió a otro arqueólogo, César Llana, que corroboró la calidad de los materiales.

-¿Cómo contactó por primera vez con los investigadores del proyecto Atapuerca?

-Después fui a Burgos y con quien primero hablé fue con la arqueóloga Talía Lazuén, que me puso en contacto con Eudald Carbonell, codirector de las excavaciones de Atapuerca. Fue él quien animó a otros investigadores de su equipo a interesarse por estos hallazgos. Así fue como vinieron a Monforte los arqueólogos Talía Lazuén, Xosé Pedro Rodríguez, Arturo de Lombera y Marcos Terradillos, y se empezó a fraguar el plan arqueológico. El proyecto se trazó en abril del 2005, un año antes de que empezasen los trabajos de campo.

-También descubrió el conjunto de arte rupestre de Cova Eirós.

-Eso fue al terminar la campaña de excavaciones del 2011, a principios de septiembre. Estuve ayudando a recoger los materiales y vi en una pared de la cueva lo que me pareció el dibujo de la cabeza de un oso.

-¿Monforte debería tener un museo paleolítico?

-Sería lógico, porque en esta zona se hallaron miles de piezas que abarcan un período enorme, desde el Paleolítico Inferior hasta el Superior. Es la principal localidad de la zona y este legado sería muy importante para el turismo. Pero en Monforte nadie se interesó por musealizar estos materiales. Hay más interés en Quiroga y O Saviñao, aunque en estos municipios solo aparecieron unas pocas piezas. La verdad es que no entiendo esta desidia.

Una colaboración constante

Aunque no es arqueólogo profesional, José Antonio Peña ha venido colaborando de forma constante en las investigaciones de los yacimientos paleolíticos del sur lucense. El año pasado fue el único en el que no participó en las excavaciones de Cova Eirós, debido a una rotura de tobillo. En la foto de la derecha, de abril del 2006 , los arqueólogos examinan los artefactos líticos que fueron descubiertos por Peña en Monforte durante los años precedentes