El agua vuelve a rugir en la Ribeira Sacra y la sierra de O Courel

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Las intensas precipitaciones han restituido su espectacularidad a las cascadas de la zona

14 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las intensas lluvias de las primeras semanas del año han transformado los paisajes del sur lucense, confiriendo de nuevo a los grandes saltos de agua de la zona una espectacularidad que se había aminorado mucho con el tiempo seco de los últimos meses. Es lo que sucede en la cascada de Augacaída, en de Pantón, que forma parte de una de las rutas de senderismo más populares de la Ribeira Sacra. En este paraje, el arroyo de Aguianza salva un desnivel de unos cuarenta metros antes de desembocar en el Miño. Para llegar a este lugar hay que recorrer un itinerario de 2,2 kilómetros. Pero para acercarse a la cascada hay que tomar precauciones, ya que la bajada tiene un tramo peligroso que con este tiempo se vuelve especialmente problemático.

En la orilla opuesta del Miño también llama la atención la cascada que forma el arroyo de Fondós en el Penedo do Castelo -señalizado como Penedo do Graúllo- en la parroquia de Erbedeiro, del municipio de Carballedo. La corriente, con un caudal ahora muy aumentado, se precipita hacia el Miño por una pared rocosa casi vertical. La catarata se puede apreciar desde la carretera de Chantada a Os Peares, pero no es aconsejable acercarse mucho a ella por lo peligroso del terreno, sobre todo ahora.

Aguas arriba del Miño, en la parroquia chantadina de San Fiz, el río Asma baja por una empinada pendiente formando varios saltos que estos días se cubren de grandes masas de espuma. El espectáculo es especialmente impresionante en el lugar de Tarrío, junto al Muíño do Coxo.

En la Ribeira Sacra del Sil se puede disfrutar de escenas parecidas. Junto al embarcadero de Os Chancís, en Sober, el arroyo de Xabrega desemboca en el gran río a través de un salto que ahora resulta muy fotogénico. No muy lejos de este lugar, remontando el curso del mismo arroyo, otras llamativas estampas se ofrecen en un conjunto de molinos restaurados que se halla cerca del pueblo de Arxemil. El agua desborda en varios lugares los viejos canales de piedra, cayendo desde alturas de varios metrose.

Folgoso y Paderne

Los chaparrones también incrementan el atractivo de la sierra de O Courel. A unos 250 metros de distancia de Folgoso -en la salida hacia Quiroga-, la cascada de A Pedreira cae abruptamente por una ladera formando diecinueve saltos. Otro paraje de la sierra muy recomendable para visitar estos días es la cascada de A Grada, cerca de Paderne.