Las excavaciones de Cova Eirós vuelven con nuevos bríos en agosto

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ALBERTO LÓPEZ

El apoyo de la Xunta permite recuperar el ritmo habitual de los trabajos

11 jul 2015 . Actualizado a las 10:17 h.

El convenio firmado el mes pasado entre la Consellería de Cultura y la Universidade de Santiago para financiar las excavaciones arqueológicas de Cova Eirós -con 30.000 euros- permitirá que la investigación del yacimiento paleolítico de Triacastela recupere este verano su ritmo habitual. En los dos últimos años, los recortes presupuestarios obligaron a reducir las campañas de excavación a un par de semanas. La próxima será más prolongada que las anteriores y se desarrollará entre el 5 y el 31 de agosto. Antes de que se registrasen estos problemas presupuestarios, las excavaciones anuales solían durar entre tres y cuatro semanas.

El arqueólogo Arturo de Lombrera, codirector de los trabajos de campo, señala que la inyección económica que ha recibido el proyecto no solo servirá para que las excavaciones avancen en esta ocasión más que en los pasados años. «También permitirá cerrar varios aspectos de la investigación que estaban pendientes y que nos darán una imagen más clara de la evolución de las ocupaciones humanas en la cueva», explica.

Nuevas dataciones

Una de estas cuestiones pendientes consiste en realizar nuevas dataciones radiométricas de los diferentes niveles arqueológicos del yacimiento -correspondientes al Paleolítico Superior y el Paleolítico Medio- para confirmar las cronologías que manejan actualmente los investigadores. Las dataciones se llevarán a cabo con los métodos del carbono-14 y la termoluminiscencia del cuarzo. Asimismo, está previsto efectuar más estudios estratigráficos para determinar con la mayor precisión posible la antigüedad de las distintas capas de terreno del suelo de la gruta.

Los responsables del proyecto «Ocupaciones humanas durante el Pleistoceno de la cuenca media del Miño» -en el que se encuadran las excavaciones de Cova Eirós- expresaron en los pasados meses su preocupación ante la posibilidad de que la falta de fondos obligase a paralizar este año los trabajos, que se han desarrollado de forma ininterrumpida desde el 2007. «Por ahora el proyecto seguirá adelante y esperamos que en los próximos años la situación siga siendo favorable», dice De Lombera.

Dos ocupaciones separadas por 34.000 años

En la nueva campaña está previsto profundizar las excavaciones de dos niveles arqueológicos -denominados respectivamente 3 y 4 por los investigadores-, cuyo estudio se inició hace varios años. Los dos corresponden a ocupaciones del hombre de Neandertal, pero pertenecen a épocas diferentes y muy alejadas en el tiempo. Al nivel 3 se le ha asignado una edad de en torno a 84.000 años y al nivel 4, de 118.000 años. Este último es uno de los rastros más antiguos de los neandertales que se conocen en todo el norte de la Península.

En ocho años de excavaciones, los arqueólogos han ido levantando todas las capas de terreno que se hallaban por encima de estos niveles y que contenían numerosos vestigios de distintos períodos Paleolítico Superior. En la actualidad, la mayor parte de la superficie del suelo de la cueva se encuentra a la altura del nivel 3. En una parcela de pequeño tamaño se está llevando a cabo un sondeo en el que se ha alcanzado una mayor profundidad y que corresponde al nivel 4.

Gran cantidad de materiales

En los dos niveles, según indica Arturo de Lombera, se han descubierto hasta ahora «muchísimos materiales arqueológicos», que comprenden artefactos líticos y restos fósiles de animales. Esta abundancia de piezas hace que los trabajos avancen de forma muy pausada, especialmente en el nivel 4, ya que esta parte de la excavación ocupa por ahora un hueco de reducidas dimensiones en el que solo caben dos personas a la vez. «Este año esperamos que sigan apareciendo muchos artefactos y fósiles en los dos niveles, ya que los sondeos indican que las capas en las que vamos a profundizar ahora son especialmente ricas en materiales», añade el arqueólogo.

La máxima profundidad alcanzada hasta ahora en la excavación es de un metro y medio por debajo la superficie del suelo original de la cueva. Las exploraciones con georradar realizadas en los últimos años indican que por debajo de este punto hay aún otros dos metros de sedimento, que en teoría podrían contener rastros de períodos anteriores al hombre de Neandertal. Sin embargo, en esta nueva campaña no está previsto profundizar mucho más en el referido sondeo del nivel 4 para hacerse una idea de lo que puede haber por debajo. Eso tendrá que quedar para los próximos años. «Los trabajos ya están siendo muy complejos porque hay que ir extrayendo y clasificando muchos materiales de épocas diferentes -apunta el codirector de las excavaciones- y si abrimos ahora un nivel arqueológico más antiguo, la excavación se volvería excesivamente complicada para los medios y el personal de que disponemos».

Los arqueólogos ya catalogaron todo el conjunto de arte rupestre hallado en la gruta

En la nueva campaña arqueológica de Cova Eirós continuará el estudio de las muestras de arte rupestre paleolítico -las primeras y hasta el momento las únicas halladas en Galicia- que se descubrieron en una galería interior de la cueva durante las investigaciones efectuadas en el verano del 2011. El importante hallazgo se dio a conocer públicamente un año después. En esta fase está previsto realizar calcos o reproducciones de una serie de pinturas y grabados en las que aún no se habían efectuado estos trabajos.

Al contrario que en las tres últimas campañas, esta vez no se llevarán a cabo más exploraciones con el fin de encontrar otras muestras artísticas prehistóricas no catalogadas, puesto que los investigadores ya topografiaron toda la cavidad y consideran que no hay nada más que descubrir en este aspecto. De Lombera indica que lo que falta por hacer es revisar a fondo y procesar toda la información que se ha obtenido en los últimos años sobre este conjunto de arte prehistórico y elaborar una amplia interpretación. «Ahora hay que pensar sobre todo en obtener una visión de conjunto de las pinturas y los grabados y divulgarla mediante nuevas publicaciones», concluye.