Fin de camino en la Regata do Inferno

carlos rueda, carlos cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

carlos rueda

El castro de Marce se levanta sobre un peñasco por encima del río Miño en Pantón

28 jun 2015 . Actualizado a las 19:51 h.

El castro de Marce es uno de los asentamientos arqueológicos de esa época más importantes y espectaculares del sur de la provincia de Lugo. Este enclave del municipio de Pantón se levanta en la parroquia de Vilar de Ortelle en lo alto de un gran espolón rocoso sobre el cauce del río Miño y en el monte conocido por O Castelo.

Para llegar al castro hay que salir de la capital del municipio, Ferreira de Pantón, por la carretera N-120 en dirección a Ourense. A la altura del Alto de Guítara, en el kilómetro cinco, es preciso dejar esa carretera y coger la antigua N-120. Luego hay que desviarse a la derecha por otro vial asfaltado que lleva al pueblo de Marce. Recorridos unos cuatro kilómetros, a la izquierda aparece la señalización del comienzo de la ruta para Augacaída y el castro de Marce.

Una vez iniciada la ruta, nos vamos a encontrar con un camino ancho y con varios tramos empedrados, que avanza entre abundante vegetación. Se trata principalmente de bosques de robles, y restos de antiguos socalcos agrícolas abandonados.

Entre alcornoques

En el kilómetro 1,2 y a la altura de una antigua bodega de piedra abandonada, parte a la izquierda la senda que lleva a Augacaída. Hay que seguir de frente sin desviarse. Cuatrocientos metros más adelante, la ruta cruza un pequeño arroyo y a partir de aquí el camino se convierte en sendero hasta las proximidades del castro. Luego entra en un bosque de alcornoques, que se extiende ladera abajo hasta el cauce del rio Miño, en el lugar de O Pedregal.

En esta zona se amontonan grandes cantidades de piedra que quizás provengan de los muros y viviendas del castro. La tradición popular dice también, que en este lugar se encontraba un pueblo cuyos moradores subían a oír misa a la ermita de San Martiño, situada en las cercanías del castro.

De esa ermita apenas quedan más restos que algunos trozos de teja y piedras de sus muros. Los vecinos apuntan que el resto de las piedras de las casas del castro fueron empleadas para construir algunas de las viviendas del actual pueblo de Marce.

El asentamiento castreño se levantó sobre una imponente formación rocosa, conocida por Regata do Inferno, que se eleva doscientos metros sobre el cauce del río Miño. Debido a su situación muy estratégica, era un punto clave para la vigilancia y defensa del llamado Puerto de Chouzán, también conocido en tiempos remotos como Porto Monsulio.

El lugar donde fue construido el castro es conocido tradicionalmente como O Castelo de Marce. La toponimia del lugar hace referencia a la existencia de una antigua fortificación medieval que fue mencionada en documentos de donaciones realizadas a la catedral de Lugo en el año 841 por el rey Alfonso II. De esta fortaleza quedan grandes cantidades de piedra diseminada ladera abajo del castro.

Del asentamiento castreño solo quedan algunos restos de muros, sobre todo en aquellas zonas donde fue necesario acondicionar el terreno con terrazas para vencer el fuerte desnivel. En la zona fueron hallados abundantes restos de tégulas (ladrillos romanos), tejas y molinos de mano. A un nivel inferior del castro, se aprecian los restos de varias construcciones muy deterioradas y la entrada a una posible mina o gruta, formada por dos muros laterales construidos con piedras, sobre los que se apoyan unas lajas a modo de cubierta. Debido a desprendimientos de su estructura, se encuentra prácticamente obstruida ya a partir de su entrada.

La longitud de la ruta hasta el castro de Marce es de 1,8 kilómetros y su dificultad es baja.