«Esas chaves non valen cartos»

carlos cortés / roi fernández CHANTADA / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNANDEZ

Una parroquia de Chantada pide al ladrón que robó las enormes llaves de la iglesia que las devuelva. El cura dice que solo tienen valor sentimental

05 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Entraron en la sacristía para coger las llaves, se supone que para después usarlas para entrar en la iglesia y buscar allí algo de valor. Pero los ladrones que la noche del pasado 21 de septiembre trataron de robar en la sede parroquial del barrio chantadino de O Convento no llegaron a entrar en la iglesia. Probablemente no tuvieron la habilidad necesaria para abrir la puerta con esas enormes llaves de hierro de forja de más de cincuenta años de antigüedad. El caso es que lo único que aquella noche desapareció de allí fueron las llaves. Y los parroquianos las quieren de vuelta.

Pegerto Hermida es el cura de San Salvador de Asma, el nombre oficial de esta parroquia limítrofe con el casco urbano de Chantada. Asegura que ya tenían planeado cambiar la cerradura de la iglesia y dejar expuestas las dos enormes llaves en la iglesia o quizás en la sacristía. Pero este robo frustrado alteró sus planes. La iglesia tiene cerradura nueva desde el día siguiente del intento de robo y las llaves no han vuelto a aparecer.

A los parroquianos no les extraña que el ladrón fuese incapaz de utilizarlas para abrir la puerta de la iglesia. Las llaves y la cerradura no eran precisamente piezas de precisión, y hacía falta práctica y mucha mano izquierda para encontrarles el punto y hacerlas funcionar.

Piezas rudimentarias

Al cura le gustaría que el ladrón reflexionase y encontrase la manera de devolvérselas. «A el non lle serven para nada porque esas chaves non valen cartos», afirma. Son piezas de hierro elaboradas de forma rudimentaria en el taller de algún ferreiro. Nadie sabe bien cuando fueron fabricadas y, aunque es seguro que tienen más de cincuenta años, no son piezas tan viejas como para que su antigüedad les proporcione ningún valor económico.

Ni siquiera son únicas o muy infrecuentes, porque sin salir de la comarca de Chantada todavía quedan algunas otras iglesias que mantienen esas viejas cerraduras artesanales con sus correspondientes llaves enormes.

Los responsables de la parroquia decidieron presentar denuncia ante la Guardia Civil, precisamente por su interés por recuperar las llaves. Si lo consiguen, el párroco se propone cumplir con su plan de guardarlas, pero no en un cajón, sino en algún lugar en el que los feligreses puedan verlas.