Paseo por el laberinto de piedra y agua de la Buraca das Choias

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

LEMOS

GUILLERMO DÍAZ AIRA

Un grupo de espeleólogos recorrió el domingo una singular cueva de O Courel

15 jul 2014 . Actualizado a las 14:30 h.

La cueva de la Buraca das Choias m -en la parroquia de Visuña- se distingue de de otras cavidades naturales de la sierra de O Courel por la presencia de una gran cantidad de agua en su interior. De su boca brota uno de los arroyos que alimentan el río Selmo, que más abajo atraviesa la localidad de Ferramulín. Incluso en esta época del año la gruta rebosa de agua, como pudo comprobar un grupo de aficionados monfortinos a la espeleología que la recorrió el pasado fin de semana. Una visita que en otras épocas del año, cuando el caudal es mucho mayor, es imposible de hacer.

El biólogo Guillermo Díaz Aira, organizador de la expedición, señala que la gruta se encuentra notablemente bien conservada y no ha sufrido los destrozos vandálicos que alteraron otras cavidades de la montaña lucense. Ello se debe probablemente a que el acceso resulta un tanto complicado. En la entrada hay un estrecho conducto que exige gatear durante una treintena de metros y en el interior es preciso atravesar otro paso complicado, una circunstancia que posiblemente disuade a los intrusos poco respetuosos con estos espacios. Los visitantes también deben afrontar la presencia constante del agua y del barro a lo largo de gran parte el recorrido. Solo las galerías superiores de la cueva se encuentran más o menos secas en esta época del año.

La cueva no se caracteriza por la presencia de espectaculares formaciones calizas como las que se pueden ver en la gruta de Arcoia -la más célebre de la sierra- y otras cavidades naturales de la zona. Sin embargo, Díaz señala que los visitantes la suele encontrar «más divertida» que Arcoia por su estructura y por los numerosos recovecos que posee. «Aunque hay agua por todas partes, el recorrido también es menos dificultoso y más seguro que en Arcoia», añade.

Entre las singularidades de la Buraca das Choias destaca la variedad de minerales que encierra. La gruta se encuentra en el punto de confluencia de dos grandes formaciones calizas y alberga además numerosas muestras de hierro, manganeso y otros materiales que confieren diferentes coloraciones a las rocas. En la cavidad existen también varios profundos sifones. En uno de ellos, los expedicionarios vieron una cuerda que otros espeleólogos especialmente osados -su identidad y su procedencia se desconocen- han utilizado seguramente como guía para inmersiones con equipos de buceo.