Condenado un empresario que contaminó un río en Taboada

Xosé carreira LUGO / LA VOZ

LEMOS

El acusado (de espaldas), sentado ayer en el banquilo en el juzgado de Lugo
El acusado (de espaldas), sentado ayer en el banquilo en el juzgado de Lugo

Los vertidos de su empresa mataron dos vacas y secaron treinta árboles

26 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El fiscal pedía inicialmente para el empresario de Taboada Eladio R. S. tres años y medio de prisión por un delito ecológico. Sin embargo el acusado acabó aceptando ocho meses que sustituirá con el pago de 31.200 euros. El acuerdo se produjo ayer en la sala de vistas del Juzgado de lo Penal número 1 de Lugo. Los vertidos de la empresa del acusado provocaron la contaminación de un afluente del Miño y que se secasen una treintena de árboles en una finca.

El condenado es el administrador único de la empresa Lácteos Casa Macán, dedicada a fabricar quesos. Según el fiscal, desde el inicio de su producción, en 2004, vierte las aguas residuales generadas por su actividad sin depurar en un depósito de almacenamiento del que rebosan residuos al exterior y en el que, además, hay un tubo que sirve como salida de los restos desde donde discurren libremente por la parte baja de la finca donde se ubica la empresa, formando una pequeña charca. a medida que esta se llena, salen para el arroyo de Piñeiras que vierte sus aguas en el río Vilela, afluente del Miño.

La contaminación genera bolsas de espuma flotando en las aguas, así como abundante materia grasa adherida a la vegetación y fondo de los cauces. Agentes del Seprona tomaron muestras de las aguas para su análisis en agosto del año 2008. El oxígeno disuelto era incompatible con la vida de los peces, los niveles de nitritos producían porcentajes tóxicos para la fauna y el cloro total superaba los parámetros permitidos.

En diciembre de ese mismo año se llevó a cabo una nueva toma demuestras y, además, los agentes constataron que la zona ofrecía un estado deplorable, con un olor nauseabundo y que los vertidos discurrían por un tramo de tres o cuatro kilómetros hasta que acaban diluyéndose.

Sin oxígeno

Los resultados de los análisis reflejaron altos valores de contaminación incompatibles con la vida de cualquier ser vivo que precise oxígeno, según el informe del Seprona. Como consecuencia de los hechos se secaron treinta árboles que eran propiedad de un vecino de la zona. También murieron dos vacas, propiedad de una mujer de la parroquia, porque bebieron agua contaminada de ese regato.

El fiscal sostiene que la empresa del acusado no contaba con la autorización administrativa de la Confederación Hidrográfica para realizar los vertidos. Además de la multa, la condena deja al empresario incapacitado para ejercer como administrador de empresas durante un año y tendrá que pagar los daños generados al ecosistema.