Para elaborar las descripciones de las rutas, Paula González recorre cada uno de los itinerarios acompañada únicamente por sus perras. «Prefiero ir sola para cubrir bien todo el recorrido, sin prisas y sin estar acondicionada por otras personas», dice. Después añade una amplia documentación sobre las características del territorio y sus puntos de interés.
En cuanto a las zonas más propicias de Galicia para esta clase de senderismo, González se decanta sin duda por las tierras del interior y en especial por la provincia de Lugo. «Hay mucha más tranquilidad, no hay tanta población como en la costa y existen muchas zonas donde se puede andar dos horas seguidas sin ver a otros seres humanos -apunta-, además de que el medio natural y el paisaje tradicional están mucho mejor conservados». A su parecer, la Ribeira Sacra es «un paraíso» para esta actividad. Por otra parte, agrega, «la gente es más comprensiva y no se pone a protestar en cuanto apareces con perros, como pasa en otros lugares». El único problema que le ve a este territorio es la actividad cinegética. «No entiendo la caza ni a los cazadores y los domingos en invierno ni se me ocurre salir al monte, no solo porque es imposible pasear con perros entre tanta batida, sino porque además puede ser muy peligroso para las personas», concluye.