Denuncian el deterioro ambiental del mayor humedal de Monforte

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

PAULA VÁZQUEZ VERAO

El colectivo O Colado do Vento pide recuperar un área desecada

09 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La asociación cultural O Colado do Vento llamó la atención sobre el estado de degradación ambiental que sufre el paraje de Gándara Grande, en las cercanías de Monforte, una de las raras muestras de ecosistema de humedal que se conservan en la comarca de Lemos. Miembros del colectivo visitaron la zona el pasado fin de semana -durante un recorrido guiado por lugares de interés cultural y natural de las parroquias de Fiolleda y Baamorto- y señalaron en su página web algunos de los problemas que padece.

El deterioro ambiental de este paraje, según indican desde la asociación, se debe principalmente a que el antiguo humedal fue desecado en gran parte con la construcción de varios canales de drenaje hacia finales de los años ochenta. «A desecación ao final non serviu para nada, porque nesa zona houbo unha explotación gandeira que xa non existe e algunha instalación deportiva que hoxe non ten ningún uso», señalan.

El resultado fue que la laguna que había en la zona, todavía intacta a finales los años setenta, quedó reducida a una charca que alcanza unos cincuenta metros de diámetro en las épocas de lluvia pero desaparece por completo en verano. Tan solo una reliquia en comparación con lo que fue hasta hace unas décadas, ya que en sus tiempos de plenitud y en periodo lluvioso, la laguna podía superar el medio kilómetro de diámetro.

Refugio de aves y anfibios

La fuerte merma que sufrió redujo considerablemente su importancia como refugio de diversas especies de aves acuáticas y migratorias. El lugar también era conocido por ser uno de los reductos del sapo de espuelas (Pelobates cultripes), un anfibio exclusivo de la Península Ibérica y el sur de Francia que figura en los catálogos de especies amenazadas.

Por otro lado, la asociación señala que la Gándara Grande es un lugar teóricamente apropiado para la formación de una turbera, un tipo de ecosistema de gran importancia ambiental que en Galicia se reduce prácticamente a zonas de montaña. «Se a lagoa estivese na súa plenitude podería chegar a formarse turba, aínda que ese proceso é moi longo, pero nas condicións actuais é imposible porque ao secarse a charca osixénase a vexetación morta que se deposita no fondo e así non pode carbonificarse», explican.

El colectivo considera por otro lado que la laguna podría recuperar sus dimensiones primitivas si se cerrasen los canales de drenaje por los que se evacúa actualmente el agua. «Esas drenaxes xa non ofrecen utilidade real porque a zona non ten usos gandeiros nin de outro tipo e as canles poderían taparse con facilidade descargando un pouco de terra nos sitios adecuados», apuntan.