Más de medio millón de años de datos climáticos registrados en una cueva de la sierra de O Courel

Francisco Albo
francisco albo QUIROGA / LA VOZ

LEMOS

Corte transversal de la estalagmita utilizada en el último estudio sobre los climas antiguos de la sierra
Corte transversal de la estalagmita utilizada en el último estudio sobre los climas antiguos de la sierra

Las estalagmitas de la caverna de Arcoia proporcionan más datos sobre las condiciones ambientales de la prehistoria

11 mar 2014 . Actualizado a las 17:52 h.

El instituto geológico Isidro Parga Pondal, dentro de un proyecto de investigación que desarrolla en colaboración con la universidad estadounidense de Georgia, consiguió obtener datos sobre el clima que reinaba en Galicia hace unos 525.00 años analizando pequeñas estalagmitas extraídas de la cueva de Arcoia, en la sierra de O Courel. La información se consigue analizando los isótopos de oxígeno y carbono que van quedando atrapados en el interior estas formaciones calcáreas durante su lentísimo crecimiento, mediante una técnica que no se había empleado en Galicia antes de comenzar este proyecto.

La investigación empezó hace años y con anterioridad ya se habían obtenido con la misma técnica otras series de datos climáticos prehistóricos, pero en esta ocasión se pudo retroceder en el tiempo considerablemente más que en los precedentes ensayos. En el primer intento se obtuvieron datos del periodo que abarca desde hace unos 14.000 -a finales de la última glaciación- hasta la actualidad. El segundo experimento proporcionó información sobre el clima de hace unos 235.00 años.

Juan Ramón Vidal Romaní, director del referido instituto, puntualiza que los datos climáticos que se están recogiendo en este estudio no son algo totalmente desconocido, porque ya se habían investigado antes utilizando otras técnicas, como el análisis de los sedimentos marinos y terrestres. «En los sedimentos de la sierra de O Xurés, por ejemplo, ya se habían descubierto datos del clima de hace unos 500.000 años -explica-, pero la diferencia es que las estalagmitas nos dan una información mucho más continuada, casi como si tuviésemos una estación meteorológica en la prehistoria».

Investigación aún en curso

La investigación sobre las últimas muestras de estalagmitas no ha concluido, porque todavía hay que realizar unas doscientas dataciones, aunque cada una de ellas es relativamente sencilla. Vidal Romaní señala por otro lado que los datos no cubren por completo el periodo comprendido entre hace 525.000 años y el tiempo presente, ya que en la información que se pudo obtener quedan muchas lagunas. «Lo que intenta conseguir es una secuencia lo más densa posible y por eso es necesario hacer muchas pruebas, pero es muy difícil conseguir un registro continuo porque en las épocas en las que corre mucha agua por el interior de las cuevas, los isótopos radiactivos que nos proporcionan esos datos no se concentran bien en la calcita y por eso pueden quedar muchos huecos por el medio», explica el geólogo.

Pese a esta discontinuidad, los datos extraídos de las estalagmitas ayudarán a trazar un panorama general de la evolución del clima en el noroeste durante las tres últimas glaciaciones y las etapas cálidas que hubo entre cada una de ellas, y a conocer mejor los cambios en las condiciones de humedad y temperatura que se registraron durante este largo periodo