La investigación del Paleolítico del sur lucense lucha por sortear la crisis

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ALBERTO LÓPEZ

El proyecto solo podrá contar este año con un presupuesto de 10.000 euros

15 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El plan de investigación de los yacimientos paleolíticos del sur lucense se enfrenta al año más difícil que ha conocido desde su inicios, en la primavera del 2006. Durante el 2014 solo se podrá contar con unos 10.000 euros para financiar los trabajos científicos, por lo que será necesario planificar los gastos con el máximo cuidado. Este dinero es lo que queda de la última subvención que recibió el proyecto, que ascendía a unos 55.000 euros y debía ser invertido en el plazo de tres años.

Según explica el arqueólogo Arturo de Lombera, codirector de las excavaciones de Cova Eirós, el plazo de ejecución de esta ayuda terminó el año pasado, pero la Universidade de Santiago -que coordina el proyecto «Ocupaciones humanas durante el Pleistoceno de la cuenca media del Miño»- consiguió una prórroga de diez meses. «En previsión de que este año no fuésemos a tener ninguna ayuda, administramos los fondos con mucha precaución, con la idea de que quedase dinero para seguir financiando los trabajos y de que el proyecto no se interrumpiese», señala.

Como ya señaló el catedrático Ramón Fábregas, director del proyecto, la USC renunció finalmente a presentarse a la última convocatoria de las ayudas anuales para investigación científica que concede el Ministerio de Economía. Además de que estas subvenciones sufrieron un recorte muy fuerte, los trámites para conseguirlas se volvieron bastante más complejos y los responsables del proyecto consideraron que no habría tiempo material para cumplir todos los requisitos exigidos durante el plazo de solicitud de las ayudas. Por este motivo se optó por recurrir este año a los 10.000 euros que se consiguieron ahorrar de la anterior subvención y preparar con más tiempo la solicitud de nuevas ayudas en la próxima convocatoria. «Va a ser un periodo muy complicado y habrá que pensar mucho en qué se va a gastar ese dinero que nos queda, pero lo importante es que el proyecto siga adelante y que no tengamos un año en blanco», apunta De Lombera.

Una buena parte de este dinero se destinará a pagar las dataciones radiométricas que permiten determinar la antigüedad de los diferentes hallazgos arqueológicos, así como los análisis de ADN de restos fósiles y otras analíticas de materiales. Estos trabajos de laboratorio resultan muy costosos y consumen habitualmente una buena porción de los presupuestos anuales del proyecto.

Algunos de estos análisis podrán financiarse este año encuadrándolos en otros proyectos científicos. Es el caso de una datación de las costras de calcita que cubren algunas de las pinturas rupestres descubiertas en el yacimiento de Cova Eirós, en Triacastela, con la que se espera precisar la antigüedad de estas manifestaciones artísticas prehistóricas. Este trabajo se llevará a cabo con la colaboración del arqueólogo Marcos García Díez, de la Universidad del País Vasco, y contará gracias a ello con una ayuda suplementaria.

Dataciones pendientes

Los investigadores están actualmente esperando los resultados de algunas dataciones con carbono 14 y otros análisis de este tipo que se realizan con muestran recogidas en los yacimientos de Cova Eirós y del valle de Lemos. Una parte de los fondos disponibles tendrán que dedicarse a pagar tales trabajos. De cara a los próximos meses será preciso decidir qué otros análisis de este tipo se pueden llevar a cabo y calcular cuidadosamente los costes. Y por otra parte se estudiará con el Ayuntamiento de Triacastela cómo financiar la campaña de excavaciones que se realizará en verano en Cova Eirós, el único trabajo de campo previsto para el 2014. «Quizá haya que acortar un poco esta campaña con respecto a la del año pasado -la última duró unas tres semanas-, pero en estos momentos para el desarrollo del proyecto esto no es tan importante como los análisis de laboratorio, que son algo prioritario para que las investigaciones puedan seguir en marcha», comenta a este respecto Arturo de Lombera.