Instrumentos para alimentar una larga tradición sonora

Francisco Albo
francisco albo MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNANDEZ

La Escola de Música Moderna de Monforte alberga una tienda única en la zona

24 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Inaugurada el pasado octubre, la Escola de Música Moderna de Monforte es el único centro formativo del sur lucense centrado en géneros musicales que no entran en la etiqueta de música clásica. Desde hace algún tiempo, tras el cierre de otro negocio especializado, la escuela alberga también la única tienda de instrumentos musicales de la zona.

A pesar de la crisis -según explica Gonzalo Herrero, fundador de la escuela- la venta de instrumentos está funcionado bastante bien. «Por una parte, en esta zona existe una demanda importante porque hay mucha tradición musical -señala- y por otro lado, precisamente a causa de la situación económica, los fabricantes y distribuidores están sacando muchos instrumentos de gama media con una buena relación calidad-precio». A modo de ejemplo, Herrero indica que «si una buena guitarra podía costar antes unos 1.500 euros, ahora es fácil encontrar por unos seiscientos euros guitarras con unas prestaciones excelentes y mucha durabilidad». La escuela monfortina, por otra parte, tiene establecido un convenio con la firma ourensana Matiz que le permite ofrecer a precio de distribuidor todo tipo de instrumentos de música clásica y moderna de marcas reputadas como Ibáñez, Roland, Yamaha, Warwick o Stagg, así como recambios y equipos de amplificación.

Medio centenar de alumnos

Cuando empezó a funcionar, la escuela ya tenía cerca de treinta alumnos matriculados. Ahora cuenta con medio centenar, la mayoría de los cuales andan entre los 16 y los 30 años de edad. «Pero también hay gente de 40 y 50 e incluso tenemos un señor de unos setenta», apunta Herrero. «Antes de empezar creímos que la mayoría del alumnado serían niños, pero curiosamente son casi todos jóvenes y adultos», añade. Una gran parte de ellos se decantan por géneros relacionados con el rock, como el punk o el metal, pero también hay quien se interesa por iniciarse en el soul, el folk americano, el jazz y otros estilos.

Herrero afirma por otra parte que no concibe su escuela solo como un negocio, sino como un centro cultural con el que espera aportar un nuevo empuje a la tradición musical de la comarca. «Entre nuestros alumnos hay gente que ya se está animando a formar grupos y dar conciertos y espero que esta influencia se empiece a notar más o menos dentro de un año», dice. «Lo que me gustaría es que la escuela fuese también un punto de encuentro entre músicos y otros artistas de la zona», agrega.