Belesar se fortalece tras cumplir su primer medio siglo

Francisco Albo
francisco albo CHANTADA / LA VOZ

LEMOS

ROI FERNANDEZ

La presa de Chantada aumenta su potencia en 138 gigavatios hora al año

29 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Medio siglo después de su inauguración -en septiembre de 1963-, la presa de Belesar, que en su día fue uno de los mayores complejos hidroeléctricos de Europa, acaba de incrementar su capacidad de producción energética con la apertura de una nueva central. Ambos hechos -el aniversario de la apertura y la inauguración de las nuevas instalaciones- fueron celebrados ayer por la empresa Gas Natural Fenosa con un acto en el que participaron el presidente de la compañía, Salvador Gabarró, y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. La celebración reunió también al conselleiro de Industria, Francisco José Conde; el director xeral de Enerxía e Minas, Ángel Bernardo Tahoces; el presidente de la Diputación, José Ramón Gómez Besteiro; el subdelegado del Gobierno Ramón Carballo y los alcaldes de Chantada, Taboada, O Saviñao, Portomarín, Paradela, O Páramo y Guntín de Pallares, los municipios afectados directamente por la construcción del embalse.

La compañía mostró las instalaciones de la nueva central, denominada Belesar II, que se pondrán en funcionamiento en breve y que -al igual que las de la antigua- fueron construidas en el interior de un macizo montañoso de la margen derecha del Miño, a escasa distancia de la presa. La central recién inaugurada añadirá una producción media anual de 138 gigavatios hora a los trescientos gigavatios de potencia instalada del complejo hidroeléctrico original, cuya capacidad fue incrementada en diversas mejoras realizadas ya hace años. Las obras recién terminadas duraron dos años y requirieron el vaciado casi total del embalse, que alcanzó el nivel más bajo registrado desde su construcción.

Caudal ecológico

Los responsables de Gas Natural Fenosa hicieron hincapié en la restauración ambiental que supondrá Belesar II para este tramo del curso medio del Miño. El agua que acciona las nuevas turbinas será devuelta al cauce cerca de los pies de la presa, después de pasar por un proceso de oxigenación. La central antigua, por el contrario, expulsa el agua a una distancia de en torno a kilómetro y medio río abajo, cerca del viaducto del corredor de Monforte a Chantada. Por ello, durante las últimas cinco décadas, el tramo de río situado entre la presa y este desaguadero ha estado prácticamente en seco y el escaso caudal que llevaba procedía en exclusiva del arroyo de Pesqueiras, que desemboca en el Miño en esta zona. Con la puesta en marcha de la nueva central, este tramo desecado -de 1,3 kilómetros- volverá a tener una lámina de agua permanente, asegurada por un caudal ecológico de diez metros cúbicos por segundo.

Las obras, en las que se invirtieron 31 millones de euros, han comprendido también varias actuaciones de mejora ambiental en las cercanías de la presa. Entre ellas figuran la plantación de 2.000 ejemplares de plantas autóctonas y la construcción de varias áreas verdes. Según los representantes de la compañía, esta intervención ayudará a la vez a la «preservación ambiental» y al «cumplimiento de los objetivos nacionales en materia de eficiencia energética y generación de electricidad con fuentes de energía renovable».