Solo en el área sanitaria de Lugo, el pago del transporte afectará a 220 enfermos renales

D. Cela lugo / la voz

LEMOS

27 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Alcer, la asociación que aglutina a los enfermos renales de la provincia, está preocupada por el anuncio de que los pacientes tendrán que abonar parte del transporte que no esté catalogado como urgente. En el caso de esta organización, según explicó su presidente, Jesús Purriños, afecta a 220 pacientes de la provincia que acuden a diálisis al HULA y a las tres clínicas concertadas que funcionan en la provincia. En este caso los desplazamientos desde el domicilio al lugar en el que reciben el tratamiento es el taxi, salvo en pacientes que, por su estado, recomienden el uso de ambulancia. El gasto que genera representa unos 40.000 euros al mes.

Purriños señaló que, nada más conocer la noticia, se puso en contacto con los responsables de la federación de asociaciones, que funciona en Madrid, para analizar la situación. Según los datos que maneja Purriños, los taxistas que realizan los desplazamientos a los puntos de diálisis realizan al año un millón de kilómetros. Explicó que es el medio de transporte más barato en estos momentos.

El presidente de Alcer apuntó que algunos enfermos renales que acuden a diálisis y a realizar los controles que lleva aparejado este tratamiento tendrán dificultades para afrontar el gasto del desplazamiento y el de las medicinas, que también están incluidas en el decreto que acaba de aprobar el Gobierno.Purriños destacó que muchos de los pacientes que se dializan son personas de más de 65 años años, que viven de pensiones agrarias. Entre los pacientes que acuden al HULA y a la clínica concertada Braun, que son los dos que funcionan en el área centro, para estos tratamientos existe también expectativa sobre lo que pueda ocurrir en el futuro con el transporte.

«Que non nos quiten os taxis»

Los taxis recorren un millón de kilómetros al año en los desplazamientos en los que trasladan a los enfermos renales a diálisis, por las carreteras de toda la provincia. Los recogen en sus domicilios, desde A Fonsagrada, hasta O Vicedo. En unos casos viajan tres días a la semana y en otros dos, dependiendo del estado del paciente.

En la clínica Braun ya saben el turnos que le corresponde a cada uno y detrás de quien van y al lado de quien les toca sentarse. Entre todos ellos se establecen lazos especiales.

En los últimos días el tema de conversación es prácticamente monográfico, el copago del transporte. «¡Que non nos quiten os taxis!» es el clamor mayoritario.